Claves para la sostenibilidad desde el marco internacional

AuthorRafael Andrés Velázquez Pérez
Pages203-244

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1. El plano estratégico de actuación
A El bloqueo estadounidense, como condicionante
a La arquitectura del bloqueo

[93] El bloqueo y sus consecuencias. La política de nacionalizaciones y expropiaciones acometida por el Gobierno revolucionario503fue la base de la que partió el bloqueo económico al que los EE.UU. somete a la Isla desde 1962504, ocasionando pérdidas materiales directas valoradas en

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más de 100.000 millones de dólares hasta octubre de 2012, dependiendo de la fuente505. La consecuencia más importante del embargo, en el plano de las inversiones extranjeras, fue el desplazamiento de las relaciones desde el Norte hacia el Este; es decir, la vinculación de la autárquica economía cubana con el bloque de países que formaban el hoy extinto campo socialista de Europa, especialmente, la U.R.S.S.506; proceso que vino acelerado por dos acontecimientos políticos trascendentales: la denominada «crisis de los misiles» –que interrumpió todos los vuelos norteamericanos a Cuba–, y la expulsión del país de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 3

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de febrero de 1962507. Así, como se ha dicho muy gráficamente, «la plena independencia económica respecto de EE.UU. se logró al precio de ampliar la dependencia con la entonces Unión Soviética y el campo socialista de Europa»508. A partir de entonces, se tomó el sector azucarero como motor del crecimiento económico del país, aprovechando las estructuras heredadas del anterior modelo509. En 1964, se renovaron los Convenios comerciales sobre el azúcar con la U.R.S.S. y ésta, a cambio, otorgó diversas ayudas a la Isla510.

En este marco, destaca el ingreso de Cuba en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME)511en 1972 cuyo significado económico puede resumirse en los siguientes puntos: a) mercados amplios y estables para la exportación cubana y para nuevas producciones; b) volúmenes crecientes de suministros importados y estabilidad en los abastecimientos de combustibles, materias primas, maquinarias, equipos y bienes de consumo; c) relación de precios de intercambio superior a la del mercado mundial; d) financiación para el desarrollo y para equilibrar la balanza de pagos; e) desarrollo de nuevas ramas de la economía512.

[94] La Ley Torricelli. En dicho marco, a partir de la caída del muro de Berlín (en plena batalla de Cuba por superar los efectos devastadores la crisis económica, sobrevenida a causa de la pérdida de los principales socios comerciales de la Isla) y ante las primeras señales de una posible reinserción en la economía internacional, en 1992 el Gobierno de los EE.UU. aprobó la

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denominada «Ley Torricelli», con el propósito de aislar internacionalmente a Cuba513, entorpecer el flujo de su comercio exterior, acrecentar las dificultades económicas internas, propiciar el descontento popular y acelerar el colapso del sistema514: «esta ley de carácter extraterritorial, contraria al derecho internacional y a la libertad de comercio y navegación se dirigía a dos objetivos muy concretos: el primero, prohibir el comercio con Cuba a las empresas subsidiarias de corporaciones estadounidenses radicadas en terceros países; el segundo, obstaculizar significativamente el movimiento de las cargas del comercio exterior cubano»515. La Ley Torricelli implicó para Cuba que muchos de los productos más necesarios (destinados a la alimentación y la salud pública y que se adquirían de subsidiarias extranjeras o afiliadas a empresas norteamericanas) desaparecieran del mercado nacional516.

Se prohibió, además, la entrada de barcos a puertos norteamericanos, con independencia de su pabellón, si antes tocaban puerto en Cuba o de alguna manera eran relacionados con la Isla, además de incluirlos en la «lista negra», al margen de las normas de internacionales relativas al libre comercio y navegación, independientemente del rango de tales normas. El costo económico sobrevenido a Cuba fue enorme, tanto que aún lastra el crecimiento de la Isla pues hubo que establecer relaciones comerciales muy complejas, alejadas geográficamente con el consecuente coste añadido de conseguir medios de

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transporte adecuados, fletes y mechas veces en condiciones leoninas para Cuba. Este recrudecimiento del bloqueo condicionó que la economía cubana se abriera al mercado mediante iniciativas para captar inversiones extranjeras en casi todos los sectores económicos nacionales.

[95] La Ley Helms-Burton. El siguiente impacto sobre el proceso de recuperación de la economía cubana llegó de la mano de otra normativa norteamericana de aplicación extraterritorial. En marzo de 1996, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la llamada «Ley Helms-Burton», cuyo objetivo inmediato era privar a Cuba de toda fuente de financiamiento externo517; con lo cual, se intentó paralizar la inversión extranjera, que ya empezaba a ser notoria en Cuba, especialmente en el sector turístico, y daba indicios de su eficacia en la incipiente recuperación económica que se vislumbraba518: «después de casi cuatro décadas de haberse producido la nacionalización de bienes estadounidenses en Cuba, es en este momento, que se desempolva este pretexto para recrudecer el bloqueo e intentar internacionalizarlo, pretendiendo introducir en el Acuerdo Multilateral de Inversiones que se gesta en el marco de la OCDE cláusulas con carácter retroactivo que impidan la inversión y sancionen a quienes invierten en Cuba (…) aún en su etapa de proyecto, la Ley Helms-Burton, por las amenazas que dirige contra empresarios de terceros países, constituyó un elemento de intimidación entre posibles inversores en Cuba, dilatando la conclusión de negociaciones que se venían efectuando y desplazando en el tiempo la decisión de otros posibles inversores que cautelosamente quedaron en espera de la marcha de los acontecimientos»519. Así, para el jefe de la Oficina de Asuntos cubanos del Departamento de Estado de EE.UU., Michael Ranneberger, al cumplirse dos años de la promulgación de la Ley Helms-Burton las medidas tomadas contra compañías extranjeras que invierten en Cuba habían tenido un impacto significativamente importante en su economía, pues la ley incrementa las penalidades para aquellos que quieren violar el embargo. En efecto, muchas

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entidades y empresas extranjeras, europeas incluidas, han sido extorsionadas o multadas, para impedirles su entrada al asfixiado mercado cubano. Según dicho funcionario, desde la aprobación de la ley, 19 firmas de más de 6 países han cambiado sus planes de inversión en Cuba o retirado sus inversiones, habiendo encontrado el Gobierno cubano mayores dificultades en obtener financiación y potenciales inversores, elevándose las tasas de interés hasta el 22%; agregando que en ese momento se investigaban 12 compañías de más de 7 países por sus actividades en Cuba520.

b El bloqueo estadounidense y las IED

[96] Oposición internacional al bloqueo estadounidense sobre Cuba. A pesar de la promulgación y aplicación extraterritorial de las ante-riormente referidas leyes, el interés de los inversores extranjeros en Cuba no desapareció. A junio de 1998, el número de asociaciones económicas constituidas con el capital extranjero procedentes de 40 países, alcanzaban las 340 asociaciones521y, aunque por diversas razones esta cifra había fluctuado, al término de 2005, en Cuba se contabilizaban 258 asociaciones con capital extranjero frente a las 403 registradas en 2002, que fue un año record. Durante la Feria Internacional de La Habana, en noviembre de 2008, el entonces Ministerio de Inversión Extranjera y Colaboración Económica reportó 314 negocios con capital extranjero, frente a 362 a finales de 2007. En 2009, hubo una disminución del 18%, en comparación con el año anterior; pero, pese a las fluctuaciones en los años siguientes, actualmente, el número se ha mantenido sobre los 200 proyectos desarrollados por compañías extranjeras, pese a la presión de EE.UU. y a la crisis económica internacional, de todos

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modos las cifras aquí manejadas no son exactas debido a las fuentes522. Esto demuestra el rechazo internacional que han generado estas leyes y la política estadounidense hacia Cuba en general, incluso entre países tradicionalmente aliados a EE.UU. como México y Canadá (con una notable presencia económica en Cuba). Por su parte, los países miembros de la Unión Europea, tanto individualmente como la propia Unión, han rechazado la extraterritorialidad de este acto legislativo llegando a presentar un contencioso en la OMC al respecto523: «no hay ningún tema más discrepante en la agenda de europeos y norteamericanos que sus posiciones en relación a Cuba. Esto se ha agudizado a partir de la Ley Helms-Burton que, con su pesada carga de extraterritorialidad, desborda toda consideración de orden jurídico, político y económico y perjudica rentables negocios de un creciente número de importantes empresas europeas que tienen temor por la aplicación de dicha ley por parte de los norteamericanos a pesar de las garantías de protección que les pueda dar la U.E.»524. En este sentido, la Unión llevó el caso a arbitraje, bajo los paneles de solución de disputas de la OMC, como un asunto

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de disputa entre partes. Asimismo, el Parlamento Europeo y otras entidades de la Unión, tanto en Naciones Unidas como en...

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