José Martí, ¿nuestro Víctor Hugo abolicionista?
Author | Reinaldo Suárez Suárez |
Profession | Doctor en Ciencias Jurídicas |
Pages | 141-162 |
141
JOSÉ MARTÍ, ¿NUESTRO VÍCTOR HUGO
ABOLICIONISTA?
Reinaldo S S*
“Los intelectuales cubanos del siglo eran versados en lenguas extranjeras y recibían libros
europeos y norteamericanos con una regularidad que asombra para la época y el estado de las comu-
nicaciones. Y no solamente los intelectuales. Por lo común las familias de cierta posición disfrutaban
de bibliotecas bien surtidas que permitían a los adolescentes y jóvenes el acceso a las obras en boga,
tanto de literatura como de diversas ramas de la ciencia [...]”. En general la obra de Hugo era muy
admirada. En carta del 13 de febrero de ese año, dice Félix T a D: “He recibido del
Norte las obras dramáticas de Víctor H en ocho volúmenes, edición preciosa de Bruselas...”
G G A
S.
Existe un asunto de extraordinaria importancia historiográca, cultural y
política en el contexto cubano: el ideario y comportamiento de José M en
torno a la concepción, regulación y aplicación de la pena de muerte.2 Este es
una cuestión que ha recibido una escasa recepción y análisis por parte de quie-
nes han hecho estancia y exploración en la obra martiana.3 Con posterioridad al
triunfo de la Revolución cubana, no existen en el país análisis publicados sobre el
* Doctor en Ciencias Jurídicas. Profesor Titular de Historia del Estado y el Derecho de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba. Presidente de la Cátedra
de Estudios Históricos del Estado y el Derecho Dr. Leonardo Griñán Peralta.
1 Instituto Cubano del Libro, L a Habana, 1973, pp. 42-43.
2 Sin duda, un tema sensible y medular, en el que, por su volumen y peso propios, José M
puede aportar al sostenimiento de posiciones y políticas de protección de los derechos humanos.
3 Si n profundizar de manera destacada en los contenidos y signicados, se han acercado al tema:
Pedro Alejandro L: “Martí y la pena de muerte”, periódico El Mundo , La Habana, 28 de enero
de 1941; Eloy G. M B y José A. P G: M y el Derecho, Biblioteca Jurídica
de Autores Cubanos y Extranjeros, Jesús M, Editor, L a Habana, 1953; Leopoldo H
E: Martí, su pensamiento jurídico, Editorial Mecenas, Matanzas, 1954. En sentido general,
el pensamiento jurídico de José Martí ha sido preterido en Cuba. Puede consultarse sobre mi
artículo, “Aproximación crítica a la recepción del M jurídico”, en M C, Andry
(coordinador): Panorama de la ciencia del Derecho en Cuba, Universidad de La Habana, Lleonard
Muntaner editor, Palma de Mallorca, 2009, pp.37-150.
142
Reinaldo Suárez Suárez
tema, salvo los producidos en los últimos años por este autor.4 Sin embargo, un
punto de ese tejido aún no lo he desarrollado, y tampoco ha recibido atención
singularizada por parte de otros investigadores: la inuencia que Víctor H
ejerció sobre la conguración y expresión del pensamiento abolicionista de
M. A cubrir este descampado se dirige el esfuerzo del artículo.
Víctor H transita el siglo inundando conciencias en Iberoamérica.
Nadie como él fue tan aceptado, por su calidad humana, talento literario y
prestigio público. Sus enunciados y presupuestos éticos y estéticos en innidad
de campos humanísticos, encontraron tierra fértil, debido a la enorme ani-
dad histórico-social y cultural entre su obra y nuestra realidad. Víctor H se
convirtió en muchos entornos en paradigma de creador literario y de hombre
justo, de rme convicción y proyección humanitarias. Estaba “insertado en
nuestra tradición cultural”, principalmente en círculos intelectuales que asimi-
laban y expandían una “responsabilidad ética frente a la historia”.5
El intelectual francés tuvo una temprana y permanente marca en José
Martí. Creador de ideas madres, le sirvió de modelo en muchos aspectos para
su producción periodístico-literaria y en su conducta pública. Con una inten-
sidad singular, ejercerá en él una inuencia como de padre intelectual, similar,
tal vez, a la que ejerció en su momento Rafael María M. M
exteriorizó una enorme simpatía y anidad hacia su pensamiento humanista,
y alcanzó un amplio y profundo conocimiento de su ejecutoria política y per-
sonal en defensa de valores básicos y derechos fundamentales del ser humano.
Resulta muy probable que el primer acercamiento directo a la obra de Víctor
H se produjera en un momento decisivo de la vida de M, durante la
estancia en la nca El Abra, tras su salida del presidio político. Allí, además
de la Biblia, leyó una obra de trascendental importancia en su conformación
ético-estética: Los Miserables. En El Abra, el joven rearmó su admiración
por el escritor francés; reconocimiento que creció con el transcurso del tiempo,
en especial a partir del momento en que ambos se encontraron.
Antes de regresar a América a inicios de 1875, M viajó de Zaragoza
a París, donde se encontró con escritores y artistas, y en particular con
Víctor H, quien a la sazón era un anciano locuaz, autor de una de la
4 Todos los viernes hay horca. M y la pena de muerte en Estados Unidos, Editorial
Oriente, Santiago de Cuba, 2007; José M contra Alphonse K. De qué sirven
vuestras leyes?, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2008; “Digo yo lo suyo. Aplicación de
una ruta para hallar nuevos textos martianos”, en Pensar a M, Ediciones Santiago,
Santiago de Cuba, 2009, pp. 26-38; “Nuevos textos de José M sobre administración de
justicia y en defensa de la vida”, en Estudios sobre Historia del Derecho en Cuba, Editorial
de Ciencias Sociales, La Habana, 2009, pp. 18-53; “José M y la pena de muerte
en México”, en revista Del Caribe , no. 52, Santiago de Cuba, 2008, pp. 6-21.
5 Carmen S L: José Martí y Víctor Hugo en el el de las modernidades, Editorial José
Martí, La Habana, 1996, pp. 30-31 y 34.
To continue reading
Request your trial