El nacionalismo moderado cubano, 1920-1960. Políticas económicas y relaciones con Estados Unidos

AuthorJorge I. Domínguez
Pages155-173
Capítulo VI
El nacionalismo moderado cubano, 1920-1960.
Políticas económicas y relaciones con
Estados Unidos
Jorge I. Domínguez
University of Harvard
El mero concepto de nacionalismo moderado, como reza el título de este trabajo,
parece raro. El himno nacional cubano proclama inmoderadamente “que morir por
la patria es vivir”. Los nacionalismos tienden hacia la inmoderación; los moderados
se arriesgan a ser tildados, cuanto menos, de cobardes, o aún peor, de traidores.
Sin embargo el nacionalismo moderado gura en la experiencia de diversos
países y ha sido parte de la historia de Cuba. Es inherentemente relativo, es decir,
su denición no es ja sino variable, y solamente se puede comprender vinculado
con otras posiciones durante una misma coyuntura. Los nacionalistas moderados
son menos extremistas que los extremistas, y menos cautelosos que los cautelosos.
Surgen del matrimonio entre la indignación y la prudencia y, por lo tanto, son un
matrimonio inestable, siempre difícil y al borde del fracaso.
La indignación que aviva el nacionalismo nace del enfrentamiento con el otro.
Ese otro puede ser cualquiera. En la historia de Cuba lo fueron los gobierno colonial
español e imperialista estadounidense, pero lo fue también, después de la revolu-
ción de 1933, el alto número de los muy pobres trabajadores haitianos y jamaicanos
que se deportó de la isla para supuestamente proteger el empleo de los cubanos. La
indignación se nutre de la emoción y se construye presumiendo que existe y debe
existir una comunidad nacional basada en la fraternidad, celebrada desde la irrup-
ción de la revolución francesa.
La prudencia que acota las manifestaciones de algunos nacionalismos reconoce
que el otro es un adversario, pero además que posee un poder muy superior. La
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prudencia se nutre del análisis cognitivo y se construye consciente de la importan-
cia de balancear nes y medios, oportunidades y costes, retos y posibilidades. Los
nacionalistas moderados se consideran realistas pragmáticos.
En el siglo XIX, frente a la relación entre Cuba y España, el nacionalismo mode-
rado en la isla fue autonomista, en busca de mayor autogobierno, deseoso de impe-
dir la guerra y la ruptura con la metrópoli, escéptico con cómo podría ser una rela-
ción alternativa con Estados Unidos, y generalmente elitista, por lo tanto, opuesto a
la independencia y timorato ante a los presuntos riesgos de la democracia en un país
racialmente heterogéneo. Los autonomistas nunca aparecen como héroes en libros
de texto en las escuelas cubanas.
Al arrancar el siglo XX, frente a la relación entre Cuba y Estados Unidos, el na-
cionalismo moderado fue plattista1, considerando que la aceptación formal de un
protectorado imperialista era el mal menor, requerido para poner n a la ocupación
militar norteamericana de la isla y lograr un cierto margen de independencia para el
país. El plattismo ha sido palabra de oprobio en gran parte de la política discursiva
cubana desde entonces.
En este trabajo se considera, además, un tercer momento de nacionalismo mo-
derado en Cuba, que duró aproximadamente entre las décadas de 1920 y 1950, per-
siguió el retorno a la nación de la isla de Pinos, cuya soberanía permaneció discu-
tida hasta el tratado Hay-Quesada con Estados Unidos de 19252, la abolición de la
Enmienda Platt a la Constitución de la república, una mayor igualdad en la relación
con el vecino país, la industrialización mediante la sustitución de importaciones, y
la cubanización de la economía mediante compraventas de mercado.
1 El término se reere a la Enmienda Platt, anexo a la primera carta magna cubana, aprobada en su
Asamblea Constituyente en 1901, y en vigor desde mayo de 1902. Establecía el derecho de intervención
de Estados Unidos en la isla en caso de necesidad y otras obligaciones, como no contraer compromisos
nancieros con terceros países que pudiesen amenazar la soberanía nacional. El texto puede consul-
tarse on line, Constitución de la República de Cuba, La Habana, 1901: https://archivos.juridicas.unam.
mx/www/bjv/liros/6/-2525/16.pdf.
2 En el tratado de paz con el que gobiernos de Madrid y Washington pusieron n a su enfrentamien-
to en 1898 el primero cedió al segundo todos sus territorios en el Caribe y el Pacíco. Pero el caso de
Cuba era excepcional. Una resolución conjunta del Senado y el Congreso de Estados Unidos, también
de 1898, autorizó al presidente William McKinley a declarar esa guerra a la nación europea solo con el
n de de concluir su conicto en Gran Antilla, iniciado en 1895. Luego esta debía ser independiente. Se
discutía, sin embargo, que isla de Pinos fuese parte del archipiélago cubano, y de hecho fue colonizada
por inmigrantes norteamericanos. No obstante la U. S. Supreme Court sancionó en 1904 que lo era,
aunque hasta 1925 esto no fue conrmado por el poder legislativo.

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