Las relaciones Cuba-Estados Unidos desde la revolución hasta el período especial

AuthorVictor Bulmer-Thomas
Pages199-216
Capítulo VIII
Las relaciones Cuba-Estados Unidos desde la
revolución hasta el período especial
Victor Bulmer-Thomas
Institute of the Americas, University College of London
DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO: 1959-1963
Fulgencio Batista tomó el poder en 1952, mediante un golpe de Estado, desaan-
do la Constitución de 19401, que él mismo había apadrinado, pero Cuba continuó
recibiendo asistencia económica, nanciera y militar de Estados Unidos. La econo-
mía insular tuvo un desempeño pobre durante su mandato como resultado princi-
palmente de las dicultades que enfrentó el azúcar en los mercados mundiales. La
cuota de exportación al norteamericano se redujo, los precios bajaron y el gobierno
habanero incluso vendió 500.000 toneladas a la Unión Soviética en un año. En un
esfuerzo por disminuir los costes se recortó la duración de la zafra y el desempleo en
la industria cañera, que ya era grave, se volvió catastróco. Su declive causó dicul-
tades a todas aquellas actividades rurales y urbanas que dependían de ella. Batista
lanzó una ola de represión contra cualquier manifestación de descontento y se pre-
paró el escenario para el colapso de un régimen que nalmente fue abandonado
incluso por Estados Unidos2.
Fidel Castro fue el líder indiscutible de la revolución, pero no se convirtió en
primer ministro de Cuba hasta el 13 de febrero de 1959 y no diseñó un partido
leal a la presidencia hasta julio3. Los primeros seis meses se dedicaron a políticas
radicales, pero no excepcionales para los estándares latinoamericanos. Esto incluyó
2 Leo Huberman; Paul M. Sweezy, Cuba: anatomy of a revolution, New York, Monthly Review, 1960.
3 Tad Szulc, Fidel: a critical portrait, New York, Morrow, 1986.
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una reducción en las rentas en un 50%, la intervención de los servicios públicos para
disminuir sus tarifas y la adopción de la primera ley de reforma agraria4.
La administración de Dwight D. Eisenhower (1953-1961) fue la primera en reco-
nocer al nuevo gobierno de Cuba, pero procedió con cautela. No ofreció renovar los
suministros militares ni la asistencia nanciera a la isla. Sin embargo se sorprendió
de que Castro no solicitara ayuda externa en su primer viaje a Washington, en abril
de 1959, y el vicepresidente de Estados Unidos, Richard Nixon, formó la opinión
de que no era conable desde la perspectiva de su país. Dicho punto de vista se
endureció en la segunda mitad del año, ya que el movimiento dirigido por él, 26 de
Julio5, estaba dividido entre reformistas y radicales, y el líder revolucionario se puso
del lado de estos últimos y llevó a comunistas conocidos a su gobierno, a pesar de la
desconanza previa en ellos de su partido6. Crucialmente, no obstante, la cuota de
exportación azucarera de la Gran Antilla al mercado estadounidense no se modi-
có, y solo se tomaron medidas de precaución, que incluyeron establecer contactos
con grupos anticastristas y preparar a la Organización de los Estados Americanos
(OEA) para una posible ruptura de las relaciones con la nación caribeña.
El deterioro de la relación bilateral Cuba-Estados Unidos se aceleró rápidamen-
te en 1960. Comenzó con la visita del ministro soviético Anastás Mikoyan a La
Habana, lo que llevó a un acuerdo comercial que incluía una oferta del gobierno de
Moscú para comprar ese año 425.000 toneladas de azúcar a la isla y suministrarle
una cierta cantidad de petróleo crudo. Cuando la administración de Eisenhower
pidió a las renerías norteamericanas en la Gran Antilla que no lo procesasen, todas
fueron expropiadas e inmediatamente se cambiaron sus suministros de Venezuela
4 Ver, por ejemplo, Luis A. Pérez, “Cuba, c 1930-59”, en Leslie Bethell (ed.), e Cambridge history
of Latin America, Cambridge, University of Cambridge Press, 1990 (11 v.), v. VII, pp. 419-455, y el
estudio más reciente de la economía insular en el largo plazo, Antonio Santamaría, “Dos siglos de
especialización y dos décadas de incertidumbre. La historia económica de Cuba, 1800-2010”, en Pablo
Gerchuno; Luis Bertolá (eds.), Institucionalidad y desarrollo economic en América Latina, Santiago de
Chile, CEPAL, 2001, pp. 92-111.
5 26 de Julio fue el nombre que se dio al movimiento formado en 1955 por Castro en México para
acabar con la dictadura en su país, en conmemoración de la fecha del asalto al cuartel Moncada 1953.
Entonces el futuro líder de la revolución cubana era miembro del Partido Ortodoxo y, dirigiendo un
grupo armado de jóvenes miembros de tal organización, tomó dicha instalación militar, ubicada en la
ciudad de Santiago, con el n de derrocar a Batista. La acción terminó con los responsables detenidos.
6 Julia Sweig, Inside the Cuban revolution: Fidel Castro and the urban underground, Cambridge, Uni-
versity of Harvard Press, 2002, analiza las fuerzas que posibilitaron la revolución de 1959 con docu-
mentos ociales sobre la isla desclasicados en Estados Unidos, y ofrece una visión de las mismas en la
que resalta el importante peso de los sectores medios urbanos en la lucha contra Batista y, por lo tanto,
destaca el grado de heterogeneidad en la oposición a ella.

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