Un viaje virtual al interior de las cárceles

AuthorDr. César Barros Leal
Pages11-20
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Un viaje virtual al interior de las cárceles
DCBL
En 1990, Leticia Benítez Jiménez fue supuestamente ahorcada por
sus propias colegas de dormitorio, al poco tiempo de su llegada a un
centro femenil de readaptación social en la ciudad de México1. Ocho
años después, Luis Antônio Silva, pintor de paredes, encarcelado por
equívoco en una delegación en São Paulo, convivió durante 45 días
con 35 presos, en una celda superpoblada. En su entrevista desgarra-
doraalaprensaarmóqueteníaunmiedocervaldesufrirunaagre-
sión física, de ser sodomizado y que, por ausencia de espacio, dormía
en el baño, muchas veces sobre los otros2.
Instigado por los dramas de Benítez Jiménez y de Silva, me pro-
pongo hacer un viaje virtual en el cual Usted está invitado a parti-
cipar. Me desplazo, en la imaginación, como si condenado fuera, al
interior de las cárceles. ¿Qué me espera?
Si no tuviere la suerte de arribar a una isla de gracia en un océano
de duelo y desgracia porque ella sí existe cruzaré probablemente
las puertas de un establecimiento decrépito, hacinado, promiscuo,
donde, bajo la vigilancia de personas habitualmente sin preparación y
corrompidasseré sóloun guarismoun donnadie elúltimo mono
y vegetaré sin tratamiento individualizado (lo que simboliza la quie-
bra del sistema), desprovisto de adecuada asistencia material, médica,
* Procurador del Estado de Ceará, Brasil; Doctor y Posdoctor en Derecho;
Profesor jubilado de la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de
Ceará; Presidente del Instituto Brasileño de Derechos Humanos; Miembro
de la Junta Directiva del Instituto Interamericano de Derechos Humanos
(San José, Costa Rica). cesarbl@matrix.com.br
1 BRINGAS, Alejandro H. y ROLDÁN QUIÑONES, Luis F., Las Cárceles
Mexicanas. Una Revisión de la Realidad Penitenciaria, Editorial Grijalgo, Mé-
xico, 1998, p. 209.
2 Periódico Folha de São Paulo, 29 de noviembre de 1998.
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P
social, religiosa y jurídica, sin trabajo, sin acceder a cualquier actividad
educativa, sin derecho a redimir mi pena, sin separación3 de los presos
iracundos, pervertidos, homicidas, secuestradores, violadores, delin-
cuentesdeguanteycuello blancousuarios ytracantes dedrogas
enunamezcla agrantementecontraria alasleyesidílicasa juicio
de Elías Neuman), cuya invocación resulta risible por su clamorosa
inoperancia.
1. Si tuviere suerte
Si tuviere suerte, permaneceré, a lo mejor, en una celda individual,
una posibilidad distante pero no del todo desechable, especialmente
sidispongodedinerosucienteparasucompraDenoserasícom-
partiré con uno o dos reclusos un espacio húmedo infecto o me
pondránenunaceldamúltipleconunúnicoretretejuntoconunos
treinta a cuarenta hombres, algunos novicios en el delito, otros rein-
cidentes, forzados a alternarse, a quedarse en hamacas o amarrarse a
las rejas para poder dormir. Y de tiempo en tiempo seré desalojado
para que custodios o policías procedan a una requisa, en busca de
narcóticos o armas.
Si tuviere suerte, no seré un adicto a estimulantes, a la mota, heroí-
na, cocaína o crack4 ymimujernoserápilladaenagranciaaldesnu-
darseyexionarsucuerpodelantedeunafuncionariacuandotrans-
porte para mí una pequeña cantidad de droga en sus partes íntimas.
3 Es de José Ingenieros, en Criminología, la amonestación: “Es un atentado
alamoralyalordenpúblicoencerrarenunamismacárcelalobreroque
desacata a la autoridad durante una huelga (no hay que olvidar que él
como socialista alentó los movimientos de protesta proletarios), al ladrón
habitual que vive del delito, al romántico raptor de una novia y al depra-
vado parásito de una prostituta, al que mata para vengar el honor de su
madre o de su hija y al bandido que premedita desde la cárcel un nuevo
homicidio por robo. Hemos observado personalmente estos ejemplos.”
(En DEL PONT, Luis Marco, Derecho Penitenciario, Cárdenas Velasco Edi-
tores, México, 2005, p. 87)
4 Los reclusos, además de eso, mezclan medicinas controladas con alcohol,
ampliando sus efectos. Además, fabrican bebidas alcohólicas con ingre-
dientes como frutas y arroz; lo hacen a escondidas y se sirven de procesos
primarios de fermentación y destilación.
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DCBL
Si tuviere suerte, mis compañeros de celda no padecerán de ata-
quesepilépticosnotendránleprasílistifuslaantiguaebrecar-
celaria5), rubéola, sarampión, micosis, varicela, hepatitis C, diarreas,
gonorrea o chancro, ni serán tuberculosos pulmonares o alienados
mentales.
Si tuviere suerte, a causa de mi inmovilidad en la cama, no me
aparecerán escaras ni tendré que automedicarme, cortándome la car-
nedescompuestaydesarrollandoaúnmáselprocesoinfeccioso
Si tuviere suerte, no me volveré depresivo, hipocondríaco y no
nutriré la idea de suicidio,6amenazandoconcrucicarme
5 Para mayor claridad: “En las antiguas prisiones reinaba completo abando-
no de las más elementales normas de higiene, y una absoluta ausencia de
tratamientomédicoLasebrescarcelariasyterriblesepidemiascausaban
verdaderashecatombesentrelospresosBakercitadoporHowardree-
re en sus crónicas que en las audiencias celebradas en 1577 en el castillo
de Oxford, todos los asistentes, el Jefe de Justicia, el sheri y 300 personas
más perecieron en el espacio de cuarenta horas, lo que fue atribuido a la
enfermedad de uno de los presos. La infección más terrible después de la
peste, decía Bacon, es la exhalación del olor de las prisiones cuando los
presos han estado encerrados en ellas largo tiempo con falta de limpie-
za. En las audiencias celebradas en Taunton en el mes de marzo de 1730,
prosigue Howard, algunos presos infectaron al tribunal, y el Jefe de Jus-
ticia, el abogado, el sheriyalgunoscientosdepersonasmurierondee-
brepenitenciaria Veintiún añosdespuésenAxminsterpequeñaciudad
de Devonshire, un preso absuelto infectó a toda su familia y a la ciudad
enteraEl númerodelosmuertosde estaenfermedadenLondresy sus
cercanías en 1750, añade, es bien conocido; tres jueces, el Lord Alcalde,
unAldermanygrannúmerodepersonasfueronatacadasymurieronEn
tiempodeHowardaúnhaciaestragoslallamadaebredelasprisiones
cuyascausastratadeindagarenelúltimocapítulodesuconocidolibro
(CUELLO CALÓN, Eugenio, La Moderna Penología [Represión del Delito
y Tratamiento de los Delincuentes. Penas y Medidas. Su Ejecución], Tomo I,
Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1958, pp. 464-465)
6 Sobre esta cuestión: “Otro síntoma de la situación de las prisiones en re-
laciónconlainecaciadeltratamientocuandoexisteylasconsecuencias
de la mala vida que se da en la prisión, es la elevada tasa de suicidios que
se presenta…” (MENDOZA BREMAUNTZ, Emma, Delincuencia Global,
M.E.L. Editor, México, 2005, p. 144) Más adelante, al tratar de las insti-
tuciones de máxima seguridad, agrega la autora que esos centros “total-
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P
Si tuviere suerte, me será dada, por lo menos, una alimentación
diaria y no usaré mi camiseta para recogerla ni tampoco buscaré en
la basura vasos de plástico para beber agua, oro blanco que escasa-
mente me proveerán.
Si tuviere suerte, no lameré la sangre que chorrea del cuerpo heri-
do de un colega de infortunio.
Si tuviere suerte, no seré encadenado en una comisaría (a la espera
de una vacante en las prisiones) o tirado en cueros en una celda sin
lavabo ni cama, colchones o frazadas, obligado, por días, meses
oaños adormir enel suelofrío húmedoconltracionesdeagua
servida, cucarachas, pulgas, chinches y ratones, donde no penetran
los rayos del sol y el olor fétido de orina y excremento, acumulados
en cubetas o bolsas de plástico, es insoportable.
Si tuviere suerte no seré puesto ex profeso en la misma celda con
un enemigo ni atracado mientras camino por los pasillos, bajo la mira
y la pasividad cómplice de quien tiene la incumbencia de campanear
y cuidar a los presos.
Si tuviere suerte, no seré víctima de un atentado contra mi vida ni
agonizaré durante horas por la falta o indiferencia de un médico7 y, al
pedirparaserasistidonoescucharédelosfuncionarioslaarmación
de que los cacos merecen morir.
mentedeshumanizadosnoatiendenaningúntratamientoreadaptador
ni siquiera psicológico o humanitario, generando depresiones suicidas o
resentimientos insuperables…” (Ibidem, p. 145)
7 Léase el Juramento de Atenas, reiteradamente destacado por el Consejo In-
ternacional de Servicios Médicos de Instituciones Penales: Nosotros, los
profesionales de la salud que trabajamos en centros penitenciarios, reuni-
dos en Atenas el 10 de septiembre de 1979, juramos, siguiendo el espíritu
del Juramento Hipocrático, que proporcionaremos la mejor atención sani-
taria posible a las personas recluidas en prisiones, sea cual fuere el motivo
de ello, sin prejuicios y dentro del ámbito de nuestra ética profesional…
(Manual de Buena Práctica Penitenciaria: Implementación de las Reglas Míni-
mas de Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, Instituto Intera-
mericano de Derechos Humanos, San José, Costa Rica, 1998, p. 78)
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DCBL
Si tuviere suerte, cuando presencie un homicidio, sellaré los la-
bios, tal y como lo hacen los carceleros que tienen la orden de no
interferir en los aciertos del hampa.8
Si tuviere suerte, no seré sentenciado a muerte por otros presos y
no imploraré una MPS (medida preventiva de seguridad) para que-
darme en aislamiento, como los pobladores del Amarillo, en la ya des-
activada Casa de Detención de São Paulo.
Si tuviere suerte, no seré objeto de alquiler o subasta, y nadie im-
pedirá, a pesar de mis gritos de dolor, que sea violado por decenas
de reclusos, muchos de los cuales diagnosticados como seropositivos
o sidosos, quienes me ofrecerán, a cambio de favores inconfesables,
protección contra los demás penados.
Si tuviere suerte, no cercenarán mi oreja y mis testículos ni tendré
una muerte indigna al adquirir una enfermedad grave y encontrarme
en fase terminal.
Si tuviere suerte, no seré sometido a tortura9 para extraerme con-
fesiones inculpatorias, con el uso reanudado de métodos como la as-
xiaporsumersiónenelaguadescargaseléctricasysonidoelevado
que se utilizaron bajo el régimen militar argentino; o el teléfono, o
sea, el golpe en los oídos con la mano en concha; el pau-de-arara, que
8 VARELA, Dráuzio, Estação Carandiru, Editorial Companhia das Letras,
São Paulo, 1999, p. 115. Sobre la ley del silencio: “…es imperativa, pues si
túvesqueestánapuñalandoatumejoramigooquizásatuhermanosino
quieres correr su misma suerte tienes que hacer como que no lo ves y no
looyespueslaleydelhampanoperdonalaindelidadBEDOYAJosé
Raúlopcitp
9 Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes (artículo 1.1): …se entenderá por el término “tortura” todo
actoporelcualseinija intencionalmenteauna personadoloreso sufri-
mientosgravesyaseanfísicosomentalesconelndeobtenerdeellaode
un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya
cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa
persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de dis-
criminacióncuandodichos doloresosufrimientosseaninigidosporun
funcionariopúblicouotra personaenelejerciciodefuncionespúblicasa
instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considera-
rántorturaslosdoloresosufrimientosqueseanconsecuenciaúnicamente
de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.
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P
consiste en amarrar las manos de la víctima a sus pies y colgarla de
cabeza abajo de una barra de madera o metal, sometiéndola a apa-
leamientoso choqueseléctricos lapalmatorialaejecuciónngida
o la inmersión de cabeza en una bolsa plástica llena de agua hasta el
ahogamiento parcial, tal como se empleó en el sombrío período de la
dictadura brasileña.
Si tuviere suerte, seré un cela livre (celda libre o un fajina, trabajaré
en la limpieza, en la lavandería, en la entrega de alimentos a los de-
más presos y disfrutaré de otras ventajas que me serán concedidas
por las autoridades.
Situvieresuerteenarasdeunainteracciónsinconictividadlo-
graré establecer buenos contactos con el encargado general de la fa-
jina, aceptaré su autoridad de juez y los acuerdos tácitos impuestos
por su cofradía.
Si tuviere suerte, no pagaré peaje para desplazarme a otros sitios
del penal o disfrutar de la visita íntima.
Si tuviere suerte, no cocinaré ni lavaré o plancharé la ropa de los
mayores, ni tampoco haré masaje en sus espaldas o serviré de taxi para
ellos, bribones, que me humillarán y se divertirán con mi fragilidad.
Situvieresuertenomepegaránpornegarmeainigiruncastigo
o golpear a un recluso, por imposición superior de quien no quiere
mancharselasmanosytalvezprolongueindenidamentemiestadía
en la prisión, coaccionado a asumir un crimen que no he cometido.
Si tuviere suerte, podré mantener relaciones sexuales con mi espo-
saenelpatiodeledicioprisionalcercadodereclusossolidariosque
de espaldas a mí formarán un círculo silencioso, incómodo, vejatorio;
o lo haré en una celda colectiva, donde se asegura la privacidad nece-
saria con un juego de sábanas y se eleva el volumen de la radio para
que no se oigan los sonidos que emitiremos en nuestro acto de amor.
Situvieresuertenoserélmado porcámarasocultas enelárea
de visita íntima, para deleite de voyeurs que contemplarán, como a
los big brothers de un reality show, escenas de intimidad con mi pareja,
exhibidasdespuésexecrablementecomomaterialpornográcoen
canales de televisión abierta.
Si tuviere suerte, no tendré que ceder a mi mujer o a mi hija don-
cella, el día de visita, al líder de la celda, de la calle o del pabellón,
bajo amenaza de represalias que podrán alcanzar a mi familia, ya
victimada por la desprotección a la que se expuso con mi encarcela-
miento, puesto que quedé imposibilitado para contribuir al magro
presupuesto doméstico.
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DCBL
Si tuviere suerte, podré disfrutar del trabajo externo, de la liber-
tadcondicionalydeotrosbeneciosdeleyaloscualesmiscolegas
suelen no tener acceso por la carencia de atención jurídica apropiada.
Si tuviere suerte, no seré elegido para dar mi propia vida, en la
macabra lotería de la muertequeenseñaldeprotestaseefectúaporlas
malas condiciones de la cárcel o como mero pretexto para el ajuste de
cuentas entre miembros de bandas delictivas.10
Si tuviere suerte, no cumpliré una condena superior a la dictada
en la sentencia, por no haberse dictaminado el auto de mi libertad,
como uno de los 111 masacrados con disparos a bocajarro en la Casa
de Detención de São Paulo, el 02 de octubre de 1992.
Si tuviere suerte, no seré quemado vivo, como 22 codetenidos en
la Penitenciaría Barreto Campelo, en Pernambuco, el 29 de mayo de
1998; o como acaeció con 13 reclusos en la penitenciaría de seguridad
máxima de Pirajuí, a 233 kilómetros de São Paulo, el 7 de febrero
de 1999.11
Si tuviere suerte, no compurgaré mi pena en la Cárcel de Urso Branco
(Oso Blanco), en el Estado norteño de Rondônia, donde, en dos años, cer-
ca de 100 presos fueron asesinados; y mi cuerpo no será tirado al vacío
nimicabezausadacomobalónenunpartidodefútbol
Si tuviere suerte, no seré decapitado y descuartizado, como 2 presos,
durante un motín, en una cárcel de Ribeirão Preto, a 315 kilómetros al
norte de São Paulo, en marzo de 2001; ni seré mutilado y degollado,
comomuchosdelosreclusosdelaCasadeCustodiadeBencaen
la más larga rebelión en Rio de Janeiro, en junio de 2004.
Si tuviere suerte, seré transferido a un régimen más blando y ga-
naré la libertad. Sí, porque los regímenes semiabierto y abierto, en
la vileza de la ejecución penal de Brasil, se confunden a veces con la
liberación y sólo fortalecen la impunidad predominante, representa-
da también por las cifras negras y doradas de la delincuencia y por
milesdeórdenesdeprisiónsin cumplirqueexcedenalnúmerode
recluidos.
10 Nombres de bandas famosas en Brasil: Comando Rojo (CR), Tercer Co-
mando (TC), Primer Comando de la Capital (PCC), Secta Satánica (SS), y
Amigos de los Amigos (ADA). En México: Bruno López, Antonio Escale-
ra, Armando Rojas, Comandante Corona y El Negro Guerrero, etc.
11 Revista Veja, Brasil, 15 de febrero de 1989.
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P
Si tuviere suerte, tendré dinero contante y sonante para que mi
nombre esté diariamente en la lista de asistencia (so pena de no com-
putarse en mi pena) y pueda ocupar una celda o una tienda; así, no
seré un sin techo, como lo fueron centenas de indigentes, en La Mesa,
en Tijuana, en la frontera de México con San Diego, EE.UU.
Si tuviere suerte no seré lesionado a balazos o con puntas, en una
riñasangrientaentrepandillastancomúnenlospolvorinesqueson
los penales de Morelos y Matamoros.
Si tuviere suerte no seré mantenido en mi celda con el agua hasta
mi pecho, durante días, como ocurrió en 2007 en ocasión de las inun-
daciones en Tabasco. 12
Si tuviere suerte purgaré cabalmente mi pena, dispuesto a no crear
problemas, sin perder de vista la inscripción de la Cárcel de Belén:
“El que en esta casa entrare, / ponga remedio en su vida, / que en
su mano está la entrada / y en la de Dios la salida.”13 O entonces me
fugarévestidodemujeroconunafalsacartadeempleoporuntúnel
o por la puerta de entrada como si fuera un visitante; en un helicóp-
tero, a semejanza de Joel David Kaplan y Carlos Contreras Castro, de
la Penitenciaría Santa Martha Acatitla, en 1971, o bien en uno de los
12 En la prisión de Rasphuis, había “una terrible ‘celda de agua’ en la que el
recluido sólo podía salvar su vida achicando con una bomba el agua que
invadía la celda.” (CUELLO CALÓN, Eugenio, op. cit., p. 303)
13 TAVIRA, Juan Pablo de, ¿Por qué Almoloya? Análisis de un Proyecto Peniten-
ciario, Editorial Diana, México, 1995, p. 32.
Léase este testimonio: “Así llegamos a 1933. En este año se demolió la Cár-
cel de Belén y los presos que ahí se hallaban pasaron también a Lecumbe-
rri. Había, como suele suceder, una fuerte reclamación en contra de Belén,
eseedicio deleyenda queclama yapor sujubilación comola sociedadclama
también porque se arranque del centro de la capital ese tumefacto que constituye
una vergüenza para México. Ojalá que en esas tierras, que han sido regadas con
lágrimas y con sangre, se levante en breve una cárcel que responda a nuestra
condición de país culto, de país civilizado y que sepulte para siempre el estigma
de dolor, de vergüenza y de sangre que guardan los viejos muros que aún quedan
en pie.” (GARCÍA RAMÍREZ, Sergio, Los Personajes del Cautiverio: Prisiones,
Prisioneros y CustodiosEditorialPorrúaMéxicopcitandoenletras
cursivas, a MELLADO, Guillermo, “Belén por Dentro y por Fuera”, Cua-
dernos Criminalia, Editorial Botas, México, 1959, p. 21)
19
DCBL
carros de lavandería, imitando a El Chapo Guzmán (Joaquín Guzmán
Loera) del Cefereso de Puente Grande, en el año de 2001.14
2. Invitación
Permítame ahora sugerir a Usted, lector, que haga un recorrido
por este universo. Sólo así podrá ver que la realidad dolorosa de la
generalidad de las prisiones latinoamericanas, con su teratológica
indigenciaysurutinariadesatenciónalosderechoshumanoseslú-
gubre, sobrecogedora y mucho más ultrajante que esta breve incur-
sión, por los senderos tortuosos de su geografía, pueda haber dejado
entrever.
Tal vez nunca haya Usted penetrado en una cárcel, sentido su olor
inconfundible, y oído el silencio de las voces que vagan por sus cel-
das, sus corredores, sus patios, enmudecidas por el pausado sepelio
de su dignidad y de sus esperanzas. Desde luego que comprenderías
mejor el calvario de Marcos Ana (Fernando Macarro Castillo), preso
político español que estuvo veintidós años y siete meses ininterrum-
pidos en calabozos franquistas y dejó escrito con las letras de oro de
un esplendoroso talento: “Hasta las puertas del sueño se cerraron
paralosrecuerdosylacárcelseimpusodenitivaeimplacableenel
día y en la noche de mi cautiverio.” 15
14 Sobre fugas se sugiere la lectura de tres libros: A Realidade das Prisões Brasi-
leiras, de Adeildo Nunes, Editorial Nossa Livraria, Recife, 2005 (páginas 203
a 207), Fugas, de Norberto Emilio de Equino, Editorial la Prensa, México,
1993 y La Vida en los Reclusorios: Espeluznantes Sucesos Ocurridos en las Cárce-
les de México, de Jorge Fernández Fonseca, Editorial Edamex, México, 1992.
15 ANA, Marcos, “Prisión Central”, Las Soledades del Muro, Akal Editor, Ma-
drid pAsu vezFri Reuterregistró Esuna hermosacosa
estar solo. Pero el corazón ha de estar libre y la antigua desgracia tiene
que haber desaparecido. Mi corazón no era libre, mi corazón estaba más
cargado de cadenas y de lazos que mis huesos. ¡Un año y un día igual.
¡Y hoy igual que hace un año y un día! Nada estaba olvidado, y por de-
lante treinta años de prisión. Se sueña en el claro mañana a través de una
noche que dura treinta años.” (En von HENTIG, Hans, La Pena, Volumen II
[Las Formas Modernas de Aparición], trad. y notas de José María Rodríguez
Devesa, Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1968, p. 242).
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Ésa, pues, podrá resultar una experiencia nueva y al mismo tiem-
po provechosa. Si es capaz de contribuir a que Usted se sume a la pe-
queña legión de los que no perdieron la capacidad de creer, de mover
montañas, es hora de hacer un viaje por los senderos del dolor.
* Capítulo del libro “La Ejecución Penal en América Latina a la Luz
de los Derechos Humanos: Viaje por los Senderos del Dolor”, pu-
blicadoporlaEditorialPorrúaelIlanudylaFacultaddeDerecho
de la UNAM, en 2009.

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