La administración estatal en Cuba revolucionaria

AuthorLic. Rene G. Montes de Oca Ruíz
PositionFuncionarlo del Comité Central del PCC
Pages10-32

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El Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario quedó oficialmente constituido en la Universidad de Oriente, el 3 de enero de 1959. Fue precisamente ahí donde se realizó la primera reunión con la asistencia de 5 ministros, una vez investidos de sus cargos y se acordó la designación del Dr. Fidel Castro como Comandante en Jefe de las Fuerzas de Aire, Mar y Tierra de la República de Cuba, ratificando así el nombramiento adoptado en la reunión de Alto de Mompié.

Ese día fueron cesanteados en sus cargos el Presidente de la República, los Senadores, Representantes, Gobernadores y Alcaldes. Se adoptó el acuerdo de restablecer la vigencia de la Constitución de 1940.

Una vez que fueron cubiertas las carteras vacantes, incluido el cargo de Primer Ministro, y después que el Consejo de Ministros se instaló en el antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, y los restantes titulares juraron sus cargos, el Gabinete se declara el 5 de enero en sesión permanente. Durante ese mes se efectuaron 17 reuniones del Consejo de Ministros. Las reuniones en sus primeras semanas de existencia se hacían interminables, principalmente por las desavenencias existentes entre el Presidente, Dr. Manuel Urrutia Lleó, y el Primer Ministro, Dr. José Miró Cardona.

Además del Presidente, que presidía las sesiones, y del Primer Ministro, ese primer gabinete quedó integrado por los titulares de los doce ministerios que se consignan seguidamente: Estado; Justicia; Gobernación; Hacienda; Obras Públicas; Agricultura; Comercio; Trabajo; Educación; Salubridad y Asistencia Social; Comunicaciones; y Defensa Nacional.

Los doce ministerios que existían en 1947, conforme a las modificaciones introducidas a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo Page 11 de 1909, eran exactamente los que figuraban en el Gobierno provisional instaurado por la Revolución. Inmediatamente después se crearían nuevas carteras, como veremos más adelante.

El carácter profundamente radical de la Revolución Cubana contrastaba con la composición del gobierno provisional instaurado en los primeros días de enero de 1859, puesto que figuraban algunos elementos burgueses, aunque estos nunca contaron con fuerza suficiente para imponer siquiera un rumbo reformista al proceso. El poder real se encontraba en el Ejército Rebelde y en las masas populares, dirigidas por Fidel Castro; quien al asumir el 16 de febrero el cargo de Primer Ministro, anunció su programa e inició una rápida liquidación de la influencia negativa de esos elementos burgueses en la administración del Estado. La situación se agrava en la medida en que las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas entraban en contradicción con las relaciones de producción capitalistas imperantes en nuestro país subdesarrollado, sujeto a la dominación económica imperialista durante más de medio siglo.

En aquel instante, ninguno de los integrantes del nuevo Ejecutivo de la Administración Estatal tenía experiencia en el manejo de los asuntos públicos. De tal modo que el Gobierno Revolucionario aparece pulcro e inmaculado, sin ningún lastre del pasado. Desde entonces a la fecha han pasado 33 años y prevalece como una Regla de Oro de la Revolución, por encima de cualquier Insuficiencia o error de los hombres que desempeñen cargos públicos, el más alto sentido de honestidad y lealtad en la administración de los bienes del pueblo.

Ese sentido del decoro, la honradez y la dignidad, tiene sus raíces más sólidas en el pensamiento de los próceres que abrazaron la causa independentista, desde el Padre Várela, el hombre que nos enseñó a pensar y el maestro Luz Caballero que nos dejaría dicho: "enseñar puede cualquiera, educar sólo quien sea un evangelio vivo", hasta José Martí, el más esclarecido y universal de los cubanos, símbolo de la liberación nacional, cuyo genio político rebasó las fronteras de su tierra y de su época, legando a las futuras generaciones el magisterio de su sabiduría y la vigencia de su ideario, de donde extraemos esta lúcida sentencia: "Revolución no es la que iniciamos en la manigua, sino la que vamos a desarrollar en la República".

En el año del Centenario del natalicio del Apóstol de la Independencia, con las doctrinas del Maestro en el corazón y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos, Fidel Castro colocaría las banderas de la virtud y la vergüenza en lo más alto del Turquino, al asaltar Page 12 el Cuartel Moneada. En su alegato "La Historia me Absolverá", refiriéndose al pueblo, cuyos caminos de angustias estaban empedrados de engaños y falsas promesas, manifestó: ..."no le íbamos a decir: Te vamos a dar, sino: ¡Aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sea tuya la libertad y la "felicidad!".

Esa plausible virtuosidad forma parte de la ética que prevalece y los grandes requerimientos que distinguen la actitud de los hombres que desempeñan responsabilidades administrativas, a lo que se une el sentido de austeridad incorruptible, la capacidad y el mérito y demás cualidades que avalan la ejemplaridad de los hombres a los que el pueblo les confía la administración de sus bienes.

Antes de proseguir en el desarropo de la temática que nos ocupa, resulta de interés hacer una breve referencia a los antecedentes más inmediatos que originaron la estructura de gobierno que en el primer momento constituyó la Revolución en el poder. La Constitución de 1940 pretendió establecer un falso sistema semi parlamentario, en sustitución del régimen presidencialista puro de la Constitución de 1901, copiado a la imagen y semejanza de los Estados Unidos de Norteamérica, cambió la denominación de Secretarías de Despacho por la de Ministerios, mientras que el llamado Poder Legislativo mantenía el ejercicio de dos cuerpos denominados, respectivamente, Cámara de Representantes y Senado, los que juntos formaban el Congreso.

El 10 de marzo de 1952 se produjo el golpe de Estado y el dictador se instala en el poder, disuelve el Congreso, suspende la Constitución de 1940, pone en vigor la Ley de Orden Público y el 4 de abril proclama sus espurios Estatutos Constitucionales, atribuyendo al Consejo de Ministros la función legislativa. De tal modo, el Gobierno tiránico quedaría constituido por el Presidente de la República, el Consejo de Ministros y el Consejo Consultivo.

La dictadura batistiana aumentó el número de instituciones creando más de 50 entidades autónomas, las que si bien tenían la jerarquía de organismos centrales, les dio una denominación diferente, como ocurrió con la Comisión Nacional de Fomento; el Instituto Nacional de la Pesca, la Junta Nacional de Planificación; la Corporación Nacional del Transporte; la Comisión Nacional de Turismo; El Consejo Nacional de Economía; la Comisión Nacional de Deportes; el Instituto Cubano de Cartografía y Catastro; la Comisión Nacional de Viviendas; la Organización Nacional de Parques y Áreas Verdes y otras. De esta manera se fue hipertrofiando el aparato de un gobierno corrupto e inoperante, para lucro, malversación y enriquecimiento de politiqueros.

Con la Revolución triunfante del Primero de Enero de 1959 se produce la más grande transformación histórica del país y se inicia la etapa democrática, popular y antimperialista, caracterizada por Page 13 la fusión, en sus objetivos programáticos, del ideario martiano y la concepción marxista-leninista, que ya Fidel y otros dirigentes compartían desde antes del asalto al cuartel Moneada. De ahí, el carácter nacional liberador y socialmente avanzado de la Revolución Cubana desde su primera etapa, que se expresa en sus radicales medidas y profundas transformaciones de beneficio popular.

Por consiguiente, el gobierno revolucionario asestó un golpe demoledor contra algunas de las instituciones creadas por la tiranía. Por otra parte dispuso la creación de nuevos ministerios, denominados: Recuperación de Bienes Malversados; Bienestar Social; Consejo Nacional de Economía; y Corporación Nacional de Transporte. Además se creó el cargo de Ministro Encargado de la Ponencia y Estudio de las Leyes Revolucionarias. Desde el día 3 fue cubierto el cargo de Secretario de la Presidencia y del Consejo de Ministros, que se había creado por disposición de la Constitución de 1940. De esta manera se sumaban seis carteras ministeriales a las doce señaladas anteriormente, en el primer mes del período revolucionario.

La Ley Fundamental de la República es promulgada el 7 de febrero. En esencia restaura la Constitución de 1940, atemperándola a la situación revolucionaria y la dinámica del proceso político en marcha. Confiere la ciudadanía cubana por nacimiento a los extranjeros que lucharon contra la tiranía en las filas del Ejército Rebelde y hubieren ostentado el grado de Comandante durante un año por lo menos, en justo reconocimiento a los extraordinarios méritos del Comandante Ernesto Guevara.

La Ley Fundamental prohíbe la confiscación de bienes, pero autoriza expresamente la de los bienes del tirano y sus colaboradores; los responsables de delitos contra la economía nacional o la hacienda pública; los enriquecidos ilícitamente al amparo del poder público; los sancionados por delitos contrarrevolucionarios; los que abandonen el territorio nacional para evadir la acción de los tribunales revolucionarios y los que realicen actividades conspirativas en el extranjero.

De conformidad con la Ley Fundamental, la función legislativa es ejercida por el Consejo de Ministros, mientras que la función ejecutiva corresponde al Presidente de la República, asistido por el Consejo de Ministros. La potestad constituyente se le atribuye al Consejo de Ministros con la aprobación del Presidente de la República. De tal manera, el Consejo de Ministros asumía las funciones que la Constitución de 1940 confiere al Congreso y, al Primer Ministro se la asignaba, por disposición expresa del artículo 146 de la Ley Fundamental de la República, la facultad de dirigir la política general del Gobierno, jerarquía que con anterioridad se le atribuía al Presidente de la República, lo que suponía pasar de Page 14 un régimen semi parlamentario a un régimen parlamentario, ya que el Primer Ministro no respondía al Presidente de la República, sino al órgano legislativo, en este caso, al Consejo de Ministros.

Como antes se señaló, el 16 de febrero de 1959 asume Fidel Castro la responsabilidad de Primer Ministro. Inmediatamente después de jurar y tomar posesión del cargo en el Palacio Presidencial, el compañero Fidel declaró que era la tarea más ardua que se le hubiese asignado en su vida, pero que la había aceptado porque creía sinceramente que era necesario sacrificarse por el país, y porque, hombre de fe, siempre había afrontado las dificultades resueltamente.

Una vez que el Presidente dejó abierta la sesión solicitó al Primer Ministro que continuara presidiéndola e hiciera uso de sus prerrogativas constitucionales.

La sesión del Consejo continuó presidida por Fidel, quien comenzó expresando su disposición de sanear la Administración Pública, hacerla más eficiente, rescatar el prestigio del Estado. Para ello dijo que contaba con la colaboración de sus compañeros de gabinete, los que, se ratificaron en sus funciones, pues al cesar el ex-Primer Ministro Miró Cardona, por unanimidad pusieron a disposición del Presidente los cargos con que fueron honrados para servir a la Revolución y al Gobierno. Seguidamente el compañero Fidel agregó que el Consejo de Ministros debía estar integrado por hombres de capacidad y méritos revolucionarios, mientras actuasen bien. Comenzó por proponer la rebaja de los sueldos de los Ministros, ya que la honradez no es cuestión de necesidad, sino de convicción. A partir de ese momento el Gobierno adquirió una dinámica muy diferente, un estilo nuevo, un cambio radical en el análisis de los asuntos sometidos a debate y en la adopción de acuerdos acerca de cualquier cuestión en el ámbito de su competencia.

Fidel anuncia su programa de gobierno, que en esencia, consiste en: abolir el latifundio mediante la Ley de Reforma Agraria; crear ciudades escolares para los niños; rebajar sustancialmente los alquileres de las casas; dotar con viviendas higiénicas a cientos de miles de campesinos; ofrecer al pueblo el libre acceso a las playas; crear la marina mercante; sanear la administración pública; asignar cuantiosos recursos para la construcción de viviendas y la industrialización del país; disponer la reforma arancelaria y fiscal; eliminar el desempleo crónico; incrementar las producciones agrícolas y cuantas-otras medidas contribuyan a lograr un nivel de vida superior para el pueblo, dentro del respeto más estricto a las libertades humanas-

En esa propia sesión del Consejo de Ministros se decidió suprimir total y definitivamente la Lotería Nacional y crear el Instituto Page 15 Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), crear la Oficina de Fomento Marítimo Cubano, la que tendría a su cargo el fomento de la marina mercante nacional, el desarrollo de la industria pesquera y de las concesiones marítimas. Asimismo, so decidió suprimir la aplicación del Decreto-Ley que autorizaba a los patronos a despedir a sus trabajadores por economía, dejando sin efecto todos los expedientes en tramitación.

En esa histórica sesión del Consejo de Ministros, el compañero Fidel manifestó que contaba con el respaldo del pueblo, al que nunca defraudaría, con el consejo del señor Presidente y la colaboración entusiasta y capaz de sus compañeros de gabinete, quienes a su vez podían tener la convicción más firme de que a él jamás le faltaría la buena fe, la honradez, la decisión, la ecuanimidad y la plena conciencia de sus deberes, que cumpliría en conducta rectilínea, como corresponde a un revolucionario de vocación.

Esta es una etapa del proceso donde los acontecimientos se suceden a diario, en medio de una profunda revolución social, que echó por tierra las bases que sustentaban el Estado burgués; el Gobierno confiscó los bienes de los malversadores enriquecidos con el erario público, democratizó la vida política del país, adoptó diversas leyes de beneficio popular y emprendió una tenaz batalla contra la miseria, el desempleo, el analfabetismo, la insalubridad, la discriminación y demás lacras de la vieja sociedad neocolonial. En ese contexto, la promulgación de la primera Ley de Reforma Agraria, de fuerza y jerarquía constitucional firmada en La Plata, Sierra Maestra, el 17 de mayo de 1959, es la medida más importante y radical que adoptó en esta etapa la Revolución y con ella fue liquidada la gran propiedad latifundista de los monopolios extranjeros y la oligarquía terrateniente nacional. Por disposición de la propia Ley se crea una nueva institución denominada Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y asume la Presidencia de ese organismo el Comandante en Jefe Fidel Castro.

La nueva política Agraria se inicia en Pinar del Río el primero de marzo, cuando el Primer Ministro Fidel Castro hace entrega de las escrituras de propiedad a 340 vegueros de Las Martinas, en Remate de Guanes, en un grandioso acto político. Ese proceso continuaría a lo largo y ancho de todo el país.

En medio de una convulsa y tensa situación, el 15 de abril parte el Comandante en Jefe hacia Houston, Texas, en lo que sería su segundo viaje al extranjero después del triunfo de la Revolución, pues como es sabido, a finales de enero había visitado a Venezuela. En esta oportunidad, previamente cumplimenta una breve visita a Canadá. De los Estados Unidos de Norteamérica continúa viaje hacia Suramérica, para tomar parte en la reunión Page 16 de los 21, celebrada en Buenos Aires, Argentina. De regreso hacia la patria visita Montevideo, Uruguay y Río de Janeiro, Brasil, arribando a nuestro país el 8 de mayo.

El papel de Cuba en la arena internacional se inicia desde el enero luminoso de 1959 y se desarrolla con fuerza creciente y de manera sistemática, constituyendo una de las páginas más gloriosas del proceso revolucionario, que el compañero Fidel ha dirigido con maestría sin igual y que suscita la admiración y el reconocimiento universal.

La primera crisis del Gabinete encabezado por Fidel tiene lugar» el 11 de junio, lo que originó importantes cambios en el Consejo de Ministros: el Dr. Raúl Roa García sustituye a Roberto Agra-monte como Ministro de Estado; Serafín Ruiz de Zarate reemplaza a Julio Martínez Páez en la cartera de Salubridad y Asistencia Social; Pedro Miret Prieto sustituye a Humberto Sorí Marín en el Ministerio de la Agricultura; Raquel Pérez releva a Elena Mederos en el Ministerio de Bienestar Social y José A. Naranjo sucede a Luis Orlando Rodríguez en la cartera de Gobernación, -(Decretos Nros. 1439 al 1448). Con anterioridad y por Decreto Nro. 377, de fecha 2 de febrero, es designado el Comandante Raúl Castro Ruz, Segundo Jefe de las Fuerzas de Aire, Mar y Tierra de la República de Cuba. Por otra parte, el 20 de febrero fue aceptada la renuncia del Ministro de Justicia, Dr. Ángel Fernández Rodríguez y para sustituirlo fue designado el Dr. Alfredo Yabur Maluf, mediante Decreto Nro. 616.

El 17 de julio tiene lugar la segunda crisis, esta vez el Comandante en Jefe Fidel Castro anuncia al pueblo por las cámaras de la televisión, su decisión de renunciar al cargo de Primer Ministro, responsabilidad que había aceptado hacía unos meses, ante ineludible necesidad nacional. Al siguiente día, presentó su dimisión el Dr. Manuel Urrutia y el Consejo de Ministros designó como Presidente de la República al Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, hasta ese momento Ministro Encargado de la Ponencia y Estudio de las Leyes Revolucionarias, cartera que se suprime días más tarde.

Es a partir de entonces que se regulariza la sesión semanal del Consejo de Ministros, pues la dinámica de los acontecimientos en los primeros siete meses del poder revolucionario hizo que se realizaran 63 reuniones del Gabinete, adoptándose 480 Leyes, más de 1 800 Decretos y numerosos Acuerdos. Al finalizar el año 1959 se habían dictado 693 Leyes y 2 347 Decretos, lo que habla por sí solo de la ardua y prolija gestión legislativa desarrollada por el Consejo de Ministros y de su repercusión en el orden político, económico y social de nuestro pueblo.

En la sesión del 16 de octubre, el Consejo de Ministros acepta la renuncia de Manuel Fernández García como Ministro de Trabajo. Page 17 Fue sustituido por el Dr. Augusto Martínez Sánchez, quien, hasta ese momento se desempeñaba como Ministro de Defensa Nacional, organismo que con esta misma fecha se suprime. Mediante la Ley Nro. 600 se crea el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, bajo cuya jurisdicción estarán todos los cuerpos armados de la nación. Por Decreto Nro. 2117 es designado el Comandante Raúl Castro Ruz Ministro de las FAR.

En los dos últimos meses del año 1959, el Consejo de Ministros dispone varias sustituciones, nombramientos y cambios de estructura en los organismos de la administración estatal, y otros acuerdos, tales como:

El 13 de noviembre se dispone guardar siete días de luto oficial en honor póstumo al Comandante Camilo Cienfuegos, quien fuera Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Para ocupar ese cargo es designado el Comandante Juan Almeida Bosque y como Jefe de la Fuerza Aérea Rebelde fue nombrado el Comandante Sergio del Valle Jiménez.

El 20 de noviembre, mediante la Ley Nro. 636, creó el Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT) y cinco días más tarde, por Decreto Nro. 2272, designó al Dr. Baudilio Castellanos García, Director de esa institución. En esta sesión fue aceptada la renuncia del Dr. Felipe Pazos y Roque del cargo de Presidente del Banco Nacional de Cuba, designando en su sustitución, al Dr. Ernesto Guevara de la Serna, por Decreto Nro. 2261.

La designación del Arquitecto Osmany Cienfuegos Gorriarán en el cargo de Ministro de Obras Públicas, tiene lugar el 21 de diciembre de 1959, por Decreto Nro. 2258, en sustitución del Ingeniero Manuel Ray Rivera. Ese mismo día cesó en el cargo de Ministro de Recuperación de Bienes Malversados el Dr. Faustino Pérez Hernández, a quien se le encargó dirigir el Servicio Médico Social en la Sierra Maestra. Para sustituir a Faustino fue designado el Capitán de Corbeta Rolando Díaz Aztaraín, a quien por Decreto Nro. 2479, de 18 de marzo de 1960 se le nombra en el cargo de Ministro de Hacienda, una vez que fuera aceptada la renuncia del Dr. Rufo López Fresquet, ocupando así ambas carteras hasta el 29 de marzo, fecha en que se dicta la Ley No. 760, donde se dispone que el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados se convierta en un Departamento a cargo de un Subsecretario del Ministerio de Hacienda. Como un dato digno de consignar, debe señalarse que hasta ese momento el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados había recuperado más de 400 millones de pesos para el patrimonio del pueblo.

En sesión del 22 de diciembre, se dispuso por Ley Nro. 663 que el Ministerio de Estado se denominara en lo adelante Ministerio de Relaciones Exteriores. En esa propia ocasión fue creada la Page 18 Dirección General de Deportes como organismo autónomo.

El signo característico del año 1960 puede decirse que fueron las nacionalizaciones y las confiscaciones de los grandes consorcios e intervenciones de empresas de la gran industria y el comercio. En tal sentido, el Consejo de Ministros, ante la actitud asumida por el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, de suspender la compra de azúcar a Cuba, acuerda en su sesión de 7 de julio otorgar poderes al Presidente de la República y al Primer Ministro para nacionalizar las propiedades yanquis existentes en el país, lo que se efectuaría por vía de confiscación o expropiación forzosa.

En cuanto a la Administración del Estado, las modificaciones de mayor relevancia "en 1960 y los años sucesivos, ocurridos en medio de una aguda lucha de clases y de acontecimientos de alcance histórico, en lo esencial se contraen a:

La Ley Nro. 717, publicada en la Gaceta Oficial el 26 de enero de 1960, dispone que en lo sucesivo el Ministerio de Salubridad se denominará Ministerio de Salud Pública. Meses después, por Decreto Nro. 2632, de 21 de mayo, el Dr. José R. Machado Ventura es designado Ministro de Salud Pública, sustituyendo al Dr. Serafín Ruiz de Zarate.

Mediante la Ley Nro. 872, de 17 de agosto de 1960, se dispone la supresión del Consejo Nacional de Economía, dado que las funciones de orientación y coordinación de la política económica del país se corresponden con las que la ley asigna a la Junta Central de Planificación y, por tanto, se evita la duplicidad de servicios y multiplicación de agencias, con la consiguiente reducción de plantillas y recursos materiales y financieros. Por idénticos fundamentos se extingue el Ministerio de la Agricultura, según lo dispone la Ley Nro. 905, de 31 de diciembre del propio año y sus atribuciones, deberes y obligaciones se transfieren al Instituto Nacional de Reforma Agraria, como organismo autónomo con base constitucional, a cargo de esenciales actividades de capital importancia para el desarrollo de los planes económicos del Gobierno.

La Declaración de La Habana, aprobada el 2 de septiembre de 1960, por su naturaleza y su carácter plebiscitario fue un documento del más elevado rango, en el que se refleja la transformación revolucionaria de la sociedad, recoge los principios antimperialistas de nuestro Estado, reitera la opción democrático-popular del Estado, el deber internacionalista de la Revolución y expresa: "Aquí está hoy Cuba para ratificar, ante América Latina y ante el mundo, corno un compromiso histórico, su dilema irrenunciable: "Patria o Muerte". Como se recordará, esa consigna fue pronunciada por primera vez por el Primer Ministro Fidel Castro el 5 de Page 19 marzo de 1960, durante las honras fúnebres de las víctimas del sabotaje al vapor francés La Coubre. Ese juramento sería reiterado en similares circunstancias en la Segunda Declaración de La Habana, el 4 de febrero de 1962, y en la Declaración de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1964.

La Ley Constitucional de Reforma Urbana, promulgada el 14 de octubre de 1960, tenía su fundamento en la crisis de la vivienda, la ostensible división clasista de la sociedad, los altos alquileres cobrados por los casa tenientes, la especulación con los inmuebles urbanos y el postulado de que el justo disfrute de la vivienda es un derecho imprescriptible e inalienable del ser humano.

La Ley Nro. 932, de 23 de febrero de 1961, se contrae a la creación del Ministerio de industrias, al que se incorporan el Instituto Nacional del Petróleo, el Instituto Cubano de Minería, los Departamentos de Administración General de Ingenios y de industrialización del INRA. Al frente de ese importante organismo es designado el Comandante Ernesto Che Guevara. En la propia fecha y mediante las Leyes 933 y 934, se crearon los Ministerios de Comercio Interior y Comercio Exterior, y en el primer caso se dispone extinguir el Ministerio do Comercio. Para desempeñar estas carteras fueron designados Máximo Berman Barman y el Comandante Alberto Mora Becerra, respectivamente. En esa propia ocasión, autorizado por la Ley Nro. 935, se creó el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), al tiempo que se declaraba extinguida la Dirección General de Deportes.

No es posible pasar por alto el ataque mercenario a Playa Girón, ocurrido el 17 de abril, y la aplastante derrota imperialista en América, propinada en menos de 72 horas, hecho que constituye un extraordinario símbolo de firmeza y una proeza precedida de la declaración del carácter socialista de la Revolución. Fueron días gloriosos de la Patria y, a la vez, una lección inolvidable para el imperialismo yanqui, que agudizó el férreo bloqueo económico impuesto con anterioridad y las ansias de venganza contra nuestro pueblo.

Por disposición de la Ley Nro. 940, de 6 de junio de 1961, se dispuso la creación del Ministerio del interior, en lugar del extinguido Ministerio de Gobernación. Al frente de ese ministerio fue designado el Comandante Ramiro Valdés Menéndez.

Entre las significativas modificaciones que se introducen en la Administración Estatal en esta etapa, debemos consignar que por medio de la Ley Nro. 958, de 1ro. de agosto de 1961, se extingue el Ministerio de Bienestar Social, que se había creado por la Ley Nro. 49, y las funciones que le estaban atribuidas se adscriben a los Gobiernos Provinciales de la República, conforme a las orientaciones que trace la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección (JUCEI), Page 20 creada el 22 de julio de 1960. Asimismo, por Ley Nro. 960, de igual fecha que la anterior, se crea el Ministerio de Transportes como organismo del poder ejecutivo de la nación, que tendrá a su cargo el estudio, programación, dirección, supervisión y ejecución de la política del Gobierno en este sector y, a la vez, extingue la Corporación Nacional de Transportes existente hasta la fecha y creada por Ley- Decreto Nro. 1486, de 10 de junio de 1954. Dos días después, por Decreto Nro. 3035, es designado el Capitán Ornar Fernández Cañizares, Ministro de Transporte, en sustitución del Comandante Julio Camacho Aguilera.

La Academia de Ciencias de Cuba fue creada por Ley Nro. 1011, de 20 de febrero de 1962, asumiendo la Presidencia de esa Institución el Dr. Antonio Núñez Jiménez. El 24 de marzo de 1962 se dictan varios Decretos presidenciales, sobre renuncias y designaciones en la Administración Central del Estado, a saber: Por Decreto Nro. 3141 se designa al Ministro de las FAR, Comandante Raúl Castro Ruz, Viceprimer Ministro del Gobierno Revolucionario. El Decreto Nro. 3142 dispone el cese del Dr. Luis Buch Rodríguez y para sustituirlo como Secretario de la Presidencia y del Consejo de Ministros, es designada por Decreto Nro. 3143, la compañera Celia Sánchez Manduley, la que en diciembre de 1976 ocuparía igual cargo en el Consejo de Estado. Otros cuatros Decretos de esa fecha establecen sucesivamente, la renuncia del Comandante Raúl Curbelo Morales y la designación del Comandante Faure Chomón Mediavilla en el Ministerio de Comunicaciones, así como la renuncia de Máximo Berman Berman y el nombramiento de Manuel Luzardo García como Ministro de Comercio Interior.

En la última decena de marzo tiene lugar la denuncia pública a los errores del sectarismo, una vez que la dirección nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORÍ), acordaran nombrar a Fidel Castro Ruz, primer secretario y a Raúl Castro Ruz, segundo secretario de dicha organización.

El Instituto de Radio y Televisión tiene su origen en la Ley Nro. 1030, de 24 de mayo del propio año. El 7 de junio cesa en el Ministerio de Hacienda el Capitán Rolando Díaz Aztaraín, al ser designado Jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria y por Decreto Presidencial es designado el Contador Público Luis Álvarez Rom, Ministro de Hacienda, simultaneando esa responsabilidad con la de Presidente del Banco Nacional de Cuba a partir del 27 de noviembre, cuando se dicta el Decreto Nro. 3265 que lo autoriza a sustituir al Dr. Raúl Cepero Bonilla por el tiempo que dure su ausencia. Como se recordará, ese día el compañero Cepero Bonilla y los otros 9 integrantes de la delegación que presidía a la VIl Conferencia Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en América Latina (FAO), Page 21 que tuvo lugar en Brasil, fallecieron a consecuencia de un lamentable accidente aéreo ocurrido en Perú, cuando regresaban a la Patria. El 10 de agosto se dispuso la creación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y es designado su Presidente, el Comandante Faustino Pérez Hernández.

Otro momento de firmeza y decisión heroica del pueblo, que no se puede omitir y que representa un hito en nuestra capacidad de lucha, en el espíritu de combate y la decisión de resistir y vencer, sin lugar a dudas, fue la Crisis de Octubre, que tuvo lugar del 22 al 28 del propio mes en 1962, cuando el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica dispuso el bloqueo naval contra Cuba y demandó la retirada por parte de la Unión Soviética de los cohetes y armamentos estratégicos existentes en nuestro territorio. Frente a ese acto agresivo del imperialismo, el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario imparte la orden de alarma de combate y posteriormente en un comunicado expone las cinco condiciones requeridas como garantía contra la agresión. Una vez más la prepotencia yanqui y la subestimación a nuestro pueblo hizo morder el polvo de la derrota a los imperialistas, gracias al coraje, la valentía y el patriotismo á toda prueba del pueblo cubano.

El 24 de mayo de 1963 se crea el Ministerio de la Construcción y, en consecuencia, se extingue el Ministerio de Obras Públicas. Ese mismo año, con fecha 3 de octubre, se dicta la Segunda Ley de Reforma Agraria, que liquidaría virtualmente la propiedad y el régimen de explotación asalariado de la burguesía agraria, con la que se pondría fin a las leyes de expropiación de la tierra en nuestro país.

El Ministerio del Azúcar tiene su origen en la Ley Nro.- 1159, de 2 de julio de 1964, mientras el Ministerio de la Industria Alimenticia se creó por Ley Nro. 1185, de 27 de octubre de 1965. La Ley Nro. 1204, de 27 de abril de 1967 creó el extinguido Instituto Nacional de Desarrollo y Aprovechamiento Forestal (INDAF) y por medio de la Ley Nro. 1210, de 7 de junio del propio año, tuvo su origen el actual Ministerio de la Industria Ligera. No fueron estos los únicos organismos de la Administración Central del Estado creados en esta última etapa, surgieron otros, entre los que debemos mencionar al Ministerio de Educación Superior y los Ministerios de las Industrias Química, Eléctrica y Sidero-Mecánica, dos de los cuales se extinguieron posteriormente. Con esta descentralización de funciones se procuraba lograr una mayor eficiencia de la gestión de Gobierno >y un tratamiento más especializado en esas ramas socioeconómicas fundamentales del país.

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En la «conmemoración del XI Aniversario de la epopeya del Moneada, el 26 de julio de 1964, el Primer Ministro Fidel Castro expresó: "Ustedes saben que estarnos entrando en una fase intensa de legalidad. Las revoluciones y los revolucionarios se caracterizan en una fase porque destruyen todas las leyes, porque eran las leyes de los opresores, de los explotadores, de los dominadores. Pero junto con el hábito de destruir las leyes, muchas veces se desarrolla paralelamente el hábito de no respetar ninguna ley. Y la Revolución significa destruir todo viejo orden social y todas las viejas leyes que rigen la vida de una sociedad y sustituirla por leyes nuevas. Lo que equivale a decir que hay que sustituir el espíritu destructor de las leyes viejas, por el espíritu de disciplina y de acatamiento a las leyes nuevas."

"¡Enemigos de la vieja ley y baluarte de la ley nueva! ¡Eso deben ser los revolucionarios!

La legalidad socialista es imprescindible. Y mientras más nos organicemos y más desarrollemos la Revolución, más será necesario crear en la mentalidad de iodo el pueblo el conocimiento de la ley y el hábito de acatamiento y de respeto a las leyes."

Ahí el Jefe de la Revolución señalaba con precisión un criterio medular acerca del cumplimiento de la legalidad, su importancia en el avance de la disciplina laboral, social y administrativa, su incidencia en el aumento de la producción, la productividad y la prestación de los servicios, así como su trascendencia en la seguridad de los derechos ciudadanos, la estabilidad de las relaciones jurídicas y la garantía de cerrar filas en evitación de que los agentes enemigos internos o externos puedan realizar su nociva labor en cualquiera de sus variadas manifestaciones.

El 3 de octubre de 1965, en acto solemne, fue presentado el Comité Central del Partido, el que en su primera reunión adoptó el nombre de Partido Comunista de Cuba, en lugar del que tenía hasta entonces: Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC). El Partido Comunista de Cuba, es la vanguardia organizada de la clase obrera y de todo el pueblo, es el Partido dirigente de la sociedad cubana. Su función esencial en el sentido más abarcador y multilateral es unir, organizar y conducir a todo el pueblo, orientar y dirigir a la Unión de Jóvenes Comunistas, al Estado Revolucionario, a las organizaciones obreras, de masas, estudiantiles y sociales, en el camino del perfeccionamiento institucional, la consolidación de la obra revolucionaria y la construcción del socialismo.

En la primera reunión del Comité Central antes señalada, también se eligió el Buró Político, integrado por el Primer Secretario, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el Segundo Secretario, Comandante Raúl Castro Ruz, el Presidente de la República, Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, Page 23 los comandantes Juan Almeida Bosque, Ramiro Valdés Menéndez, Guillermo García Frías y Sergio del Valle Jiménez, y el Dr. Armando Hart Dávalos, en aquel entonces Ministro de Educación. Con la promoción del compañero Hart al trabajo profesional de dirección del Partido y el nombramiento del compañero José Llanuza Gobel en la cartera de Educación, quedaba totalmente renovado el Gabinete Ministerial designado en el mes de enero de 1959.

En esta apretada síntesis es obligado señalar que conforme a las orientaciones del Buró Político del Comité Central del Partido, el 24 de noviembre de 1972, el Consejo de Ministros dispuso la creación de los cargos de Viceprimeros Ministros. Además, el propio acuerdo relaciona los 27 Organismos de la Administración Central que integrarían el Gabinete.

El citado acuerdo estableció que: "Para facilitar fa dirección, coordinación y control de los múltiples organismos de la Administración Central del Estado, y con el fin de crear las mejores condiciones que permitan al Primer Ministro brindarles la mejor y más regular atención a dichos organismos, los mismos se agrupan sobre la base, fundamentalmente, de la afinidad de sus actividades y demás consideraciones que lo hacen aconsejables, y partiendo de la necesidad de agruparlos a todos sin excepción para lograr una mayor unidad y organización de nuestro Estado".

En virtud de lo anterior, fueron creados los siguientes Sectores: 1. Construcción; 2. Transporte y Comunicaciones; 3. Industrias Básicas; 4. Industrias de Bienes de Consumo y Comercio Interior; 5. Educación, Cultura y Ciencia; 8. Organismos Exteriores y 7. Sector Azucarero. Además, el Presidente de la República atendía el Sector de los Organismos Globales de la Economía y el Primer Ministro atendía directamente el Sector de la Defensa y el Orden Interior, Salud Pública y Agropecuario. Estos aspectos quedan claramente expuestos en los artículos 16 y 17 del Decreto-Ley Nro. 67/83.

En una de las últimas ocasiones que el Consejo de Ministros en uso de la facultad legislativa que se le atribuía resuelve dictar y poner en vigor la Ley Nro. 1323, de 30 de noviembre de 1976, denominada "Ley de Organización de la Administración Central del Estado", la que, entre otros aspectos, determina la clasificación, competencia y denominación de los organismos en: Comités Estatales, Ministerios e Institutos, especificando al respecto:

  1. Comité Estatal, cuando tienen a su cargo, generalmente, la dirección funcional y rectora de cuestiones que afectan a todas las actividades y a todos los organismos e instituciones del Estado;

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  2. Ministerio, cuando tienen a su cargo la dirección y administración de una o varias ramas o subramas de la economía, o de actividades políticas, económicas, culturales, educacionales, científicas, sociales, de seguridad o defensa;

  3. Instituto, cuando se trata de un Organismo de la Administración Central del Estado cuyo jefe no forma parte del Consejo de Ministros.

    La Ley Nro. 1323 creó 43 Organismos de la Administración Central del Estado, de ellos 11 Comités Estatales, considerando como tales a la Junta Central de Planificación y al Banco Nacional de Cuba; 23 Ministerios y 9 Institutos, incluida la Academia de Ciencias de Cuba, tal como aparece en su artículo 28. Asimismo, la Disposición Final Tercera declara extinguidos 23 organismos, cuyas funciones, obligaciones y derechos legalmente asignados, se le atribuyen a los 16 organismos que_ se consignan en las Disposiciones Finales Cuarta y Sexta.

    Como se puede apreciar, en esta ocasión el Consejo de Ministros quedó integrado por: El Presidente, el Primer Vicepresidente, ocho Vicepresidentes, un Secretario y 34 Jefes de Organismos de la Administración Central, lo que hacía un total de 45 compañeros.

    El magnífico y amplio artículo del Dr. Juan Antonio Fernández Paz (Nito), sobre el Sistema Jurídico de Gobierno, publicado en la Revista Cubana de Derecho Número 28, correspondiente al trimestre Enero- Marzo de 1987, que describe la denominación de los Organismos de la Administración Central del Estado e incluye el Decreto-Ley Nro. 67 y la legislación complementaria sobre la materia, me libera de la obligada reflexión y del necesario análisis sobre esta problemática y de las disposiciones actualmente vigentes acerca del tema que nos ocupa.

    El proceso de institucionalización alcanza una nueva etapa, cuando el 24 de febrero de 1976 es proclamada solemnemente la Constitución de la República. Ella define que el nuestro es un Estado socialista de obreros y campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales. Determina importantes transformaciones en los Órganos Supremos del Estado existentes, crea la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado como órganos legislativos de la República, siendo la primera, como órgano supremo de poder, la única con potestad constituyente, y el Consejo de Ministros, máximo órgano ejecutivo y administrativo que constituye el Gobierno de la República. Estos órganos del Estado se integran, funcionan y desarrollan su actividad sobre la base de los principios de la democracia socialista, la unidad de poder y el centralismo democrático. Precisa que la función de impartir Page 25 justicia dimana del pueblo y es ejercida en nombre de éste por el Tribunal Supremo Popular y los demás tribunales que la ley instituye y especifica que a la Fiscalía General de la República corresponde, como objetivo primordial, el control de la legalidad socialista.

    La plena vigencia de la Constitución socialista, una vez aprobada, requirió de un período de tránsito constitucional, el que ha de prolongarse hasta tanto queden constituidos y en funciones los nuevos órganos institucionales que por mandato de la Carta Magna se crean.

    La propia Constitución de la República en sus artículos 93 y 94 establece la necesidad de que se determine por Ley la integración, organización y funcionamiento de la Administración Central del Estado y, por otra parte, la Cuarta Disposición de la Ley de Tránsito Constitucional establece que: "El Presidente de la República, el Primer Ministro, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y el Consejo de Ministros conservarán las facultades y funciones que les vienen dadas por la Ley Fundamental de 7 de febrero de 1959 y por las leyes vigentes, hasta tanto quede constituida la Asamblea Nacional del Poder Popular y esta elija al Consejo de Estado y designe al Consejo de Ministros".

    El 2 de diciembre de 1976, a 20 años del desembarco del Granma, se reúnen por derecho propio, en el teatro Carlos Marx, los Diputados elegidos un mes antes, con el fin de proceder a constituir la Asamblea Nacional del Poder Popular, según dispone el artículo 71 de la Constitución de la República. Preside la sesión el Diputado de más edad, Dr. Juan Marinello Vidaurreta, quien informa que se encuentran presentes 479 Diputados de los 481 que integran la Asamblea. Los dos ausentes se encuentran en misión oficial en el exterior. Seguidamente pronunció un emocionado e histórico discurso.

    En esa propia sesión, los Diputados toman posesión de sus cargos y firman, por su propia y libre convicción la siguiente promesa: "PROMETO: guardar lealtad a la patria, a la Revolución, a la causa deja clase obrera y del pueblo; mantener acatamiento consciente y libre al papel dirigente que el Partido Comunista de Cuba desempeña en nuestra sociedad; hacer todo cuanto sea necesario, sin reparar en sacrificios, para defender las conquistas de la Revolución y llevar adelante las tareas de la construcción y el desarrollo del socialismo; observar y hacer observar la Constitución, las leyes y demás normas jurídicas; comportarme como fiel servidor del pueblo y de la comunidad, al control de los cuales me someto; cumplir de manera cabal las obligaciones que me vienen impuestas por el cargo para el que he sido elegido. Y si de algún modo faltare a este compromiso, que los que me eligieron me lo Page 26 demanden". Ratificada pública y solemnemente la promesa, el Presidente declara constituida la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba.

    Elegidas las Comisiones de Candidatura y Escrutinio, se acuerda un receso y, al reanudarse la sesión, el Presidente de la Comisión de Candidatura, Dr. Eustaquio Remedios de los Cuetos, le dio lectura a las biografías de los propuestos, siendo elegidos por unanimidad los compañeros Blas Roca Calderío, Presidente, Dr. Raúl Roa García, Vicepresidente el Ing. José Arañaburo García, Secretario. De inmediato el compañero Blas Roca agradece el honor que les han conferido y expresa el compromiso que contraen de desempeñar tan altos cargos con fidelidad, firmeza y diligencia.

    El Presidente electo, expresando el sentimiento de todos los Diputados, ofrece la palabra, al Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro.

    En esa oportunidad el compañero Fidel expresó: "En este acto trascendental e histórico, del cual todos somos testigos vivientes, cesa el período de provisionalidad del Gobierno Revolucionario y adopta nuestro Estado socialista formas institucionales definitivas. La Asamblea Nacional se constituye en órgano supremo, del Estado y asume las funciones que le asigna la Constitución. Era un deber y es a la vez un gran triunfo de nuestra generación arribar a esta meta". Y agregaba más adelante: "Es el mérito, exclusivamente el mérito, la capacidad, la modestia, la entrega total al trabajo, a la Revolución y la causa del pueblo lo que determina la confianza que la sociedad otorga a cualquiera de sus hijos".

    Al referirse al carácter verdaderamente popular del proceso, manifestó: "Nuestro proceso revolucionario fue, desde el principio, profundamente popular y estuvo sólidamente enraizado en las masas. El primer acto soberano del pueblo fue la revolución misma. Nuestra Revolución no nace de un golpe de Estado. Para comenzar no teníamos siquiera un ejército. Nuestra Revolución no la impuso nadie desde fuera, ella se forjó en heroica lucha contra la dominación imperialista y las más enconadas y feroces agresiones exteriores; nuestra Revolución surgió en el seno mismo del pueblo, concebida y realizada por hijos humildes del pueblo. Nuestra Revolución nació así de una pequeña semilla que hoy se ha convertido en gigantesco árbol, es sueño secular de ayer transformado en hermosa realidad de hoy, voluntad de pueblo convertida ya en un pedazo irreversible de la historia".

    Al siguiente día y con la asistencia de 477 Diputados, que representan el 99,2 %, se procede a la elección del Consejo de Estado, integrado por un Presidente, un Primer Vicepresidente, cinco Vicepresidentes, un Secretario y 23 miembros más.

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    Como Presidente fue elegido por unanimidad el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, fundador del primer Estado socialista de América, Jefe y Guía de la gloriosa gesta del Moncada, del Granma y la Sierra Maestra. Constructor infatigable de la sociedad socialista, batallador incansable por el bienestar de nuestro pueblo, ejemplo de abnegación, tenacidad y firmeza en la aplicación consecuente de los principios marxistas-leninistas, en la edificación socialista y en el internacionalismo proletario. Por mandato constitucional, el Presidente del Consejo de Estado es Jefe de Estado y Jefe de Gobierno.

    Para el cargo de Primer Vicepresidente fue elegido por unanimidad el Segundo Secretario del Comité Central del PCC y Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General de Ejército, Raúl Castro Ruz, quien junto a Fidel ha compartido los momentos más extraordinarios de la Revolución y con eficiencia y modestia se ha consagrado a la construcción socialista.

    Todos los demás compañeros propuestos fueron elegidos por unanimidad o por abrumadora mayoría, y se declaraban investidos en sus respectivos cargos.

    En la sesión de la tarde del día 3 de diciembre, el Presidente del Consejo de Estado y Jefe de Gobierno, en uso de las atribuciones constitucionales que le están conferidas, presenta las proposiciones para los cargos de un Primer Vicepresidente, ocho Vicepresidentes, un Secretario y 34 Jefes de organismos centrales del Estado que integrarían el Consejo de Ministros. Además, el compañero Fidel presentó a los Jefes de otros 9 organismos de la Administración Central, cuyos titulares no integran el Consejo de Ministros y que corresponde al Consejo de Estado su designación, todos los que fueron aprobados por unanimidad.

    Concluía así el proceso de institucionalización de la Revolución, aunque no se trataba de algo definitivo, sino que se requería continuar avanzando en su perfeccionamiento constante, definir con precisión las funciones, estructura y plantillas de cada uno de los organismos, Junto a esas decisiones constitucionales, se suprimieron las regiones, se lograba una descentralización administrativa, sin descuidar la más estrecha coordinación entre los territorios y el gobierno central, se procuraba la búsqueda de un máximo de eficiencia y uniformidad con un mínimo de costo, propósitos que no siempre se lograron a plenitud y que aún hoy exigen dedicación y estudio. Ahora bien, si de algo estamos convencidos es de que la fuerza de un pueblo y de una revolución consiste, entre otros factores, en su capacidad de comprender sus fallas y en la voluntad de enfrentar las dificultades.

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    Ningún concepto más esclarecedor de las ideas universales que han inspirado siempre nuestro proceso revolucionario, que el expresado por el compañero Fidel Castro en esta memorable ocasión, cuando dijo: "La máxima escala del pensamiento político se alcanzó cuando algunos hombres tomaron conciencia de que ningún pueblo y ningún hombre, tenía derecho a explotar a otros, y que los frutos del esfuerzo y de la inteligencia de cada ser humano debieran alcanzar a todos los demás; que el hombre, en fin, no tenía por qué ser lobo sino hermano del hombre. Esa es la esencia básica de los postulados del socialismo. Pero el socialismo, elevado a su más alta expresión con las ideas de Marx, Engels y Lenin, nos enseñó también las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad humana y los caminos que conducen al triunfo definitivo de nuestra especie, sobre todas las formas de esclavitud, explotación, discriminación e injusticia entre los hombres".

    Correspondió a la Revolución Cubana romper el yugo imperialista en América Latina y el Caribe, creando el primer Estado socialista de este continente, lo que marcó un viraje histórico en la región y abrió una nueva y superior etapa del movimiento revolucionario.

    La existencia misma de la Revolución reafirma la certeza de que el éxito del desarrollo de nuestro Estado se determina, a fin de cuentas, por el grado y la forma de participación del pueblo, en la toma de las principales decisiones que se adoptan, ya que son las masas populares protagonistas del proceso revolucionario en marcha.

    El Consejo de Estado dictó el Decreto-Ley Nro. 31, de 10 de enero de 1980, que declaró extinguidos los Comités Estatales de Ciencia y Técnica y de la Construcción, así como los Ministerios de la Industria Eléctrica, Industria de Materiales de Construcción, Industria Química y Minería y Geología.

    A propuesta del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, el Consejo de Estado dictó el Decreto-Ley Nro. 67, de 19 de abril de 1983, que derogó la Ley Nro. 1323/76, adecuando sus disposiciones a los cambios institucionales dispuestos por el Decreto-Ley Nro. 31, y de otras modificaciones establecidas en relación con el perfeccionamiento de la estructura orgánica del Estado. Como se consigna en el artículo 28 del citado Decreto-Ley Nro. 67, se reduce a 34 el número de organismos de la Administración Central del Estado, de ellos 9 Comités Estatales, incluyendo la Junta Central de Planificación y la Academia de Ciencia; de Cuba, 20 Ministerios y 5 Institutos.

    La Constitución de la República en su artículo 95 preceptúa que el Presidente, el Primer Vicepresidente y los Vicepresidentes del Consejo de Ministros integran su Comité Ejecutivo, quienes controlan Page 29 y coordinan por Sectores la labor de los Ministerios y Organismos Centrales. El Comité Ejecutivo cuando la urgencia del caso lo requiera, puede decidir sobre las cuestiones atribuidas al Consejo de Ministros.

    Durante los días 22, 23 y 24 de noviembre de 1984, se efectuó una reunión de la dirección del Partido y del Gobierno, presidida por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en la que se establecieron las principales prioridades económicas, hacia las esferas que más convengan, como la zafra azucarera, las construcciones, la agricultura y otros sectores que demandan un intenso esfuerzo, incluyendo el programa inversionista, no obstante las serias dificultades que existían en la disponibilidad de moneda libremente convertible.

    Fue en esa reunión que se adoptó el acuerdo de crear lo que se dio en llamar el Grupo Central, o lo que es igual, un grupo estatal de trabajo constituido por todos los vicepresidentes del Consejo de Ministros, los ministros del área económica y de la producción material y otros que se consideró debían participar, a fin de trabajar en sesión permanente en la reelaboración del Plan Económico y Social para 1985, y al mismo tiempo, en las ldeas básicas y criterios fundamentales del plan quinquenal 1986-90, que sería examinado en el Tercer Congreso del Partido. Fidel orientó trabajar con mayor eficiencia, con sentido común y con más inteligencia en todo lo relacionado con la gestión socioeconómica del país. En esa época él estaba inmerso en ocupaciones impostergables del quehacer internacional, dado que Cuba presidía el Movimiento de Países No Alineados, desempeñaba un rol político primordial acerca del grave problema de la deuda externa de América Latina y el Caribe y, simultáneamente, la agrupación de tropas cubanas desarrollaba de forma exitosa las misiones internacionalistas de Angola y Etiopía, conducidas con su maestría y probada competencia en el arte militar.

    Transcurrieron casi cuatro años, en los que el Grupo Central asumió las funciones propias del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, cuando los días 15, 16 y 17, de septiembre de 1988, en reunión conjunta del Buró Político y el Secretariado del Comité Central, dedicada al análisis de la situación económica y social del país, así como para determinar las vías, formas y procedimientos más adecuados para afrontar los problemas existentes y profundizar en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas en la economía y en la sociedad, se decide relevar al Grupo Central de esas funciones, las que se le restituyen al Comité Ejecutivo, con un nuevo, dinámico y creador estilo de trabajo, personalmente dirigido por el compañero Fidel.

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    Debemos recordar que el proceso de rectificación, si bien se hizo público a partir de los pronunciamientos del Comandante en Jefe Fidel Castro, en el discurso clausura con motivo del XXV Aniversario de la Victoria de Girón, el 19 de abril de 1986, cuando criticó duramente la existencia de dificultades subjetivas e insuficiencias de la gestión administrativa, que incidían de manera adversa en la situación socioeconómica del país y alertó al Partido y al pueblo a combatir con energía los vicios y desviaciones que habían surgido, éste se inicia mucho antes, o sea, cuando en el informe Central al Tercer Congreso del Partido, celebrado del 4 al 7 de febrero de 1986, el Primer Secretario del Comité Central al referirse a las fallas y deficiencias, hizo un agudo análisis de los errores cometidos y de las insuficiencias en la gestión económica, particularmente en la exportación de bienes y servicios y en la sustitución de importaciones.

    En esa ocasión el compañero Fidel expresó que la administración estatal aún está muy lejos de lograr óptimos resultados en su trabajo, como se evidencia en los resultados de las principales producciones agrícolas, incluida la caña de azúcar y el autoabastecimiento de viandas y hortalizas en todos los territorios; deficiencias en el manejo de la ganadería vacuna, en el ahorro de los recursos disponibles, en la falta de disciplina tecnológica y laboral, así como en excesivos trámites burocráticos, plantillas infladas por debilidad generalizada del aparato estatal, deficiente aplicación del principio de pago por cantidad y calidad de la producción y los servicios y otras fallas más, como lo fue la falta de integralidad en la planificación de nuestro desarrollo económico, la carencia de un sistema articulado de control, pobre exigencia en el cumplimiento del orden legal establecido, tendencias sectorialistas y demás males erosionantes que debemos combatir y vencer resueltamente.

    En honor a la verdad histórica, debe consignarse que el Grupo Central realizó denodados esfuerzos a lo largo de su existencia, para tratar, en lo posible, de subsanar las graves deficiencias creadas como resultado de la implantación del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, así como para combatir las irregularidades administrativas que introdujo en nuestra sociedad. He ahí la causa esencial que originó el proceso de rectificación emprendido, para el perfeccionamiento institucional de la Revolución y superar las deformaciones de diversa índole y los vicios que han traído consigo los llamados mecanismos del sistema económico implantado.

    En estos tres años de arduo, intenso y sistemático trabajo, del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, se han promovido estudios, programas y se han adoptado acuerdos sobre los más Page 31 acuciantes problemas, estableciendo prioridades, rectificando decisiones erróneamente concebidas con anterioridad y evaluando la marcha del cumplimiento de todos y cada uno de los objetivos relacionados con el desarrollo socioeconómico del país. El procedimiento que se emplea en las reuniones del Comité Ejecutivo, permite que estas sean operativas, concretas, útiles y favorezcan enfrentar cualquier situación y resolverla. En fin, se trabaja con mucha eficiencia, sentido común, gran exigencia, agilidad e inteligencia. Inmersos en ese espíritu de trabajo se ha iniciado una nueva etapa cualitativamente superior de la administración estatal, cuando el país dispone de menos recursos y, últimamente, se ha ido adentrando en la primera etapa del período especial en época de paz.

    La complejidad de los problemas de hoy, multiplicados por coincidir en el tiempo con una situación internacional sumamente complicada, va transformando la vida de nuestro país, de lo que pudiera ser una situación normal, para adentrarnos en un período especial, que exige un enfoque completamente diferente, tanto de carácter político-ideológico, como de orden socioeconómico.

    Estamos en un momento, a mediados del año 1991 cuando se escribe este artículo, en que la eficiencia de la producción y la productividad es decisiva. Ahora más que nunca la ejemplaridad personal y la austeridad de los cuadros y dirigentes a todos los niveles se convierte en un factor clave. No se puede admitir la menor muestra de privilegio, derroche o manifestación negativa, que irrite a la población y lesiona el vínculo indisoluble de unidad, orientación y claridad política necesarios.

    El país desarrolla una estrategia correcta para rectificar los errores de una década de tendencias negativas y de freno al desarrollo, en la que existió cierta impunidad frente al delito, a la indisciplina, a la violación de las normas legales y a los principios éticos de la Revolución, ocurre cuando se produce el abrupto derrumbe del sistema socialista en los países de Europa del este y cuando son cada vez más graves los problemas que afronta la Unión Soviética y, consecuentemente, la eliminación del Pacto del Varsovia y la ruptura de la paridad estratégica entre la URSS y los EE.UU., la supresión del CAME y, en buena medida, de las ventajas mutuas de colaboración económica de los países miembros, con los que Cuba tenía conveniado el 87 por ciento de sus importaciones.

    El hecho cierto es que se ha ido configurando un mundo unipolar, en el que el imperialismo pretende diseñar los destinos de las naciones y de sus pueblos. Con relación a Cuba, se recrudece el criminal bloqueo económico, se multiplica el acoso diversionista, las presiones de todo tipo y nos acechan serias amenazas Page 32 y graves peligros. Frente a esa coyuntura adversa, por complicado que se presente el panorama mundial, vencerán aquellos que no arríen las banderas, los que sean capaces de combatir, los que superen sus propias deficiencias y sepan crecerse ante los problemas, conscientes de que luchar es propio de valientes y no de oportunistas, vacilantes y capituladores. En nuestro pueblo existen la voluntad y las condiciones para resistir, luchar, vencer y mantener los planes de desarrollo en los programas de mayor prioridad económica.

    El momento es de trabajar y trabajar bien. El Estado, el Consejo de Ministros y su Comité Ejecutivo y los Gobiernos provinciales y municipales, intensifican esfuerzos en la gestión económica y en la eficiente administración y control de los bienes del pueblo, con el empleo de métodos cada vez más ajenos al formalismo y la burocracia, con un enfoque integral, con plantillas menos infladas y con estructuras y funciones más racionales de los organismos del Estado en todas las instancias. En esa dirección queda mucho por hacer, como se puso de manifestó en la amplia y democrática discusión del Llamamiento al IV Congreso del Partido, e inmediatamente se iniciaron con celeridad y firmeza, serios estudios y se adoptaron importantes decisiones en la consecución de esos propósitos, sin esperar la celebración del magno evento. Si de algo tenemos absoluta convicción, es de que todo lo que hagamos será siempre para perfeccionar la opción socialista, de la que jamás nos apartaremos.

    El socialismo es símbolo de solidaridad, hermandad, igualdad y justicia social entre los hombres, y está en el hombre, en su inteligencia, en la fuerza de sus ideas, en su inagotable reserva moral y en sus grandes virtudes ciudadanas, la solución para impulsar el desarrollo socioeconómico y alcanzar formas de institucionalización más democráticas en la administración estatal. Esa lucha será eterna, como eternas e infinitas son las posibilidades y las ansias de superación y perfeccionamiento de los hombres y de los pueblos en su quehacer social.

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