III Congreso de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales

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Palabras de clausura por el Lic. Arnel Medina Cuenca, Presidente de la UNJC

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Estimados Delegados e Invitados:

El tema de las Ciencias Penales ha sido siempre uno de los más apasionantes en el mundo de las Ciencias Jurídicas y ello tiene su explicación debido a las complejas y polémicas instituciones que se estudian en el marco del Derecho Penal, que hoy día entremezcla sus conceptos tradicionales con los más novedosos avances de la ciencia y la tecnología vinculándose entonces, a otras ramas del Derecho y por ello son tan comunes, en nuestro medio, las discusiones de variadas y disímiles temáticas, como las presentadas en este Congreso, que van desde los tradicionales principios del Proceso Penal, que remarcan en la actualidad la necesidad del respeto al Debido Proceso, las distintas concepciones filosóficas, teológicas, filosóficas y jurídicas para la búsqueda de la verdad en el debate penal que en cada momento claman por alternativas, ante todo de "defensa social" y son comentadas y argumentadas medidas procesales sui géneris como las utilizadas para el esclarecimiento de la llamada delincuencia organizada y lograr con ello encontrar esa verdad que algunos autores cuidadosamente en sus planteamientos distinguen entre verdad material y verdad jurídica. Junto a estos principios se erige con fuerza la discusión dogmática acerca de la Presunción de Inocencia, tantas veces refrendada en textos legales y doctrina penal, pero también, vulnerada y quebrantada en la práctica, haciendo tambalearse con frecuencia la justicia y su credibilidad.

No podía faltar tampoco la discusión en torno al Principio Acusatorio que se retoma con fuerza fundamentalmente en el llamado movimiento de Reformas Procesales que en las últimas décadas se lleva a cabo en toda América Latina, que persigue atemperar los Sistemas de Justicia a los principales presupuestos que rigen el llamado Sistema Acusatorio, donde el papel del Ministerio Público se torna de vital importancia por cuanto el ejercicio de la acción se encarga a un órgano del Estado, separando de esta manera las funciones de quien acusa de las funciones del que juzga, con lo que se trata de dar un nuevo contenido a la polémica figura del Juez Instructor.

En este mismo camino el Juicio Oral y Público, del que Cuba tiene más de 100 años de práctica, se erige en paradigma de justicia y es hoy una nueva experiencia para muchos de nuestros países latinoamericanos que movidos por el interés de ganar en Celeridad, Concentración de las actuaciones y Publicidad consagrada, ésta como derecho de los Page 86 ciudadanos a participar en el control de la Administración de Justicia, y no como erróneamente se quiere presentar a la información que sin medida alguna ofrecen los medios de comunicación y que en la mayoría de los casos lejos de contribuir a la justicia, se convierten en un instrumento manipulador de la misma y junto al principio de Contradicción son vías para el mejoramiento de la justicia, en los que se realizan ingentes esfuerzos en el movimiento de Reformas para ingresar a la Oralidad en el proceso penal, pero para ello no bastan sólo las transformaciones en el campo del Derecho, sino hace falta también una verdadera voluntad política que mueva los principales resortes de la sociedad, logrando introducir en la misma sin temores las principales instituciones antes mencionadas, a las que debe unirse la necesaria participación popular en la administración de justicia, con la formación de Tribunales colegiados que deroguen los Jueces Unipersonales y de esta forma transitar el camino que nos lleve a una democratización de la Justicia Penal.

Un tema, también siempre presente en forums penales es el relacionado con las drogas y sus efectos, porque los juristas y porque no todos los hombres de bien donde quiera que desempeñen su labor, están convencidos que es necesario dar una protección eficaz a la sociedad contra este flagelo que cobra vidas humanas, desarticula sistemas jurídicos, quebranta la armonía económica y más aún pone en peligro el futuro de nuevas generaciones, lo que pasa de igual forma con figuras delictivas tan repudiadas como la Corrupción de Menores, la Corrupción Administrativa y la protección particular de otros bienes jurídicos conocidos como "macrosociales o supraindividuales" dentro de los que se encuentran los llamados delitos no convencionales y que hoy por hoy representa el mayor peligro para todo tipo de sociedad, sin embargo el Derecho Penal aún no ha encontrado todas las formas adecuadas de enfrentamiento que signifiquen un certero combate contra éstas y su eficaz prevención.

El Congreso abordó también otra esfera no menos importante y de gran actualidad, vinculada al Derecho Penal Internacional y lo hizo a través de la polémica Corte Penal Internacional, cuyos Estatutos fueron aprobados recientemente, y aunque se aprecia en su concepción un noble empeño de los Estados para tratar de no dejar sin respuesta una gama de conductas delictivas violentas y peligrosas que al cometerse pueden poner fin al hombre y a la humanidad, sin temor a pecar con esta afirmación de exagerado alarmista, pero lo cierto es, que no siempre la buena voluntad es motivo suficiente en materia jurídica para lograr los objetivos, por el contrario, predominan los intereses económicos y políticos de los "más fuertes" y en esa línea de acción los Estatutos de la Corte Penal Internacional, constituyen un conjunto de instituciones y principios sistematizados en una norma, atada, sin embargo, por resortes externos que impiden su aplicación y mientras el mundo ve con horror los constantes actos de Terrorismo, Genocidio, Piratería y otras formas de delitos graves, los Estados se preguntan qué hacer y cómo luchar contra la Superpotencia que domina a todos y aniquila a los más débiles, sin que nada pueda impedirlo.

En el Derecho Penal, como principio limitativo al iuspuniendi o Derecho de Castigar se consagra la necesidad de su Intervención Mínima, pero debe ser mínima en la medida en que exista un adecuado equilibrio en la sociedad y donde se respeten los derechos de todos y en materia internacional continúe siendo válido el principio de Soberanía, como pilar universal que rige las relaciones entre los Estados, de lo contrario el nuevo milenio traerá el designio del holocausto de la humanidad no por fuerzas sobrehumanas, sino por la misma mano del hombre y si el Derecho Penal, puede contribuir a frenar este fenómeno, no dudemos y unámonos en pos de este fin.

Estimados Colegas, la Unión Nacional de Juristas de Cuba, ha querido con estos eventos abrir un forum de debate sobre estos temas y a partir de 1995, cuando la Sociedad Cubana de Ciencias Penales celebró su primer Congreso Internacional, estos se han sistematizado Page 87 cada dos años, en 1997 nos encontramos en el Camagüey y durante estas tres fructíferas jornadas hemos tenido la oportunidad de reunir en este Centro Capitolio de La Habana a 100 delegados nacionales y 46 internacionales que procedentes de Honduras, con la delegación más numerosa integrada por 14 juristas, Argentina, Chile, República Dominicana, Colombia, Bolivia, Estados Unidos, México, Venezuela, Panamá, Australia y Costa Rica, han compartido con los penalistas cubanos sus experiencias y de conjunto hemos reflexionado sobre los retos del Derecho Penal y la Criminología de cara al nuevo milenio.

De particular interés resultó sin lugar a dudas para los participantes en el Congreso y para los juristas de la capital y de provincia Habana, la celebración de ocho cursos pre-congreso que contaron con la asistencia de alrededor de 500 cursistas que han coincidido en destacar la calidad y profesionalidad de las exposiciones. Llegue nuestro reconocimiento a los profesores de estos cursos.

Al resumir este Congreso no podemos dejar de resaltar que el mismo estuvo precedido de Encuentros Preparatorios en las provincias, en los cuales sobre la base de la calidad de las ponencias y de su exposición, fueron seleccionados los delegados al evento internacional, con lo cual nuestra Sociedad Cubana de Ciencias Penales ha incrementado significativamente la participación de sus miembros en este importante evento de los penalistas cubanos.

Dentro de dos años, entre el 23 y el 26 de Octubre del 2001, la siempre hospitalaria ciudad de Santiago de Cuba nos espera para celebrar el 4to. Congreso de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales y para aquellos que piensen que dos años es mucho tiempo, podrán acompañarnos el próximo año, cuando auspiciado por la UNJC, el Palacio de Convenciones de la Habana sea sede de la XII Conferencia de la AAJ y del XV Congreso de la AUD, entre el 16 y el 20 de Octubre, con el tema central de BASES JURÍDICAS PARA UN ORDEN INTERNACIONAL JUSTO Y SOLIDARIO, la que tiene como antecedente la VIII Conferencia de la AAJ, que reunió en 1987 a más de 1000 delegados internacionales y 200 nacionales y en esta oportunidad temas vinculados a la Administración de Justicia, la independencia de los jueces, la democratización y la modernización de la organización judicial, el proceso penal, las nuevas modalidades delictivas transnacionales y los sistemas penitenciarios llenarán la agenda de trabajo.

En la búsqueda de un futuro mejor, nos reuniremos nuevamente, animados por el mismo empeño que nos ha reunido aquí, pero enriquecidos con nuevas experiencias, adquiridas en otros eventos como este que tenemos el honor de clausurar.

Reciban todos los presentes nuestro agradecimiento por compartir estas jornadas de reflexiones y análisis, si los debates despertaron alguna nueva inquietud científica en ustedes, estaremos complacidos. Nuestro agradecimiento a la Directiva de la Sociedad Cubana de Ciencias Penales y en especial a su presidente el i. e. Jorge Bodes Torres.

Les deseamos un feliz retorno a sus lugares de origen y que los lazos de amistad y fraternidad que nos han unido en estos días perduren para el bien de Justicia Mundial.

Muchas Gracias

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