Apuntes sobre la desprotección de los bienes culturales en la guerra de Estados Unidos contra Iraq. Violaciones e impunidad

AuthorDra. Dorys Quintana Cruz
PositionSecretaria Ejecutiva Sociedad Cubana Derecho Internacional de la UNJC Profesora Adscripta CEDIH
Pages14-18

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Parecía mentira y creíamos que era una simple amenaza por parte de los Estados Unidos hacía Iraq. No, no la atacaría, no tenía evidencias, pruebas, no contaba con el apoyo de miembros del Consejo de Seguridad como China, Rusia y Francia, ¿donde estaba el valor del veto, al que ellos acuden constantemente, por ejemplo para dejar impune a Israel frente al conflicto palestino?.

Parecía mentira que en pleno siglo XXI estuviéramos a merced de un Estado pistolero cuya única Ley es la ley del más fuerte y la del cañón. Parecía mentira que un Estado volviera totalmente la espalda al Derecho Internacional, a las normas establecidas por las Naciones Unidas de la cual es Parte.

Pero de repente fue, y fue sin observar los principios tan elementales del Derecho Internacional Humanitario como son: la limitación, la humanidad, la proporcionalidad, entre otros.

Fue, el 19 de marzo de este año 2003, a las 5. 30am hora local de Iraq, cuando Estados Unidos, el coloso, inició la guerra contra Saddan Husein.

Muchas serían las violaciones de las que podríamos hablar y enunciar en este trabajo, en el marco de esta cruenta e injusta guerra, pero hemos decidido detenernos en uno de los aspectos que también a nuestro juicio ha dejado una estela de horror, de ira y de dolor, entre los amantes de la cultura universal y de la paz.

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Nos referimos al tema de la protección, o más bien, a la desprotección de los bienes culturales en ese país.

Su basamento jurídico legal se encuentra recogido en la Convención de La Haya del 14 de mayo de 1954, en su Introducción encontramos el objetivo de esta protección internacional «. . . considerando que la conservación del patrimonio cultural presenta una gran importancia para todos los pueblos del mundo; y que su destrucción constituye un menoscabo al Patrimonio de la humanidad. . . »; así como ahí se definen los bienes culturales y los bienes muebles e inmuebles tales como, monumentos, campos arqueológicos, grupos de construcciones de arte, historias, libros, archivos, bibliotecas, museos y refugios destinados a la conservación de obras de arte de gran importancia universal.

Anunciaba, el Yahoo por Internet, «perdidos en Iraq los tesoros de la cuna de la civilización». Mientras esto ocurría nos encontrábamos ante la «sonada» Comisión de los Derechos Humanos en Ginebra y nada ocurría, nada se decía de los derechos humanos del pueblo iraquí que fueron pisoteados, donde cayeron víctimas de guerra, población civil, niños, mujeres, ancianos, todos fuera de combate. ¡Silencio!, que lo hizo el magnate, el dueño del mundo, el que suele querer poner en crisis y en evidencia nuestro sistema social, que sin duda alguna es el más justo, el más democrático, el que más respeta los derechos humanos, ¡que ironía!

Iraq, se asienta sobre la antigua Mesopotamia, tierra entre dos ríos, hogar del hombre prehistórico y cuna de la civilización. En las riberas del Tigris y el Eufrates, allí se estudiaron por primera vez las estrellas, se desarrolló la escritura, e impulsó un Código Legal, el Código de Hammurabi.

Sucedía todo en el Iraq legendario, desde donde «Simbad el marino» partió hacía sus míticos viajes. Donde se dice que vivía «Aladino»; donde surgió la leyenda de las alfombras voladoras, y donde la obra de «Las Mil y una Noche» encontró su inspiración. No importa, la herencia artística de Iraq ha sido robada. Los milenarios y preciados objetos que documentan la evolución humana se han perdido, al igual que valiosos manuscritos e ilustraciones.

Los museos, galerías y bibliotecas de Bagdad, están vacíos, saqueados, incendiados por bandas que operan ante el vacío de seguridad que Page 16 ha acompañado la invasión. ¿Dónde está la protección promulgada por el convenio de 1954; y sus Protocolos?, nadie los ve, nadie los oye, no lo escuchan, no los conocen. . . .

El Museo de Iraq es el único museo del mundo que muestra todos los pasos de la historia del género humano, estos testigos de nuestra evolución, han desaparecido bajo la furia desenfrenada del imperio.

Leemos el artículo 14 de la Convención «. . . Respeto a los Bienes Culturales. . . » «. . . Las Altas Partes se comprometen a respetar los Bienes Culturales situados en su territorio o en los de otra Parte Contratante, así como impedir o hacer cesar el robo, el pillaje, la apropiación. . . » etc. , etc. Preceptos totalmente olvidados, no reconocidos, tanto por los ocupantes, como por los ocupados.

¿Dónde se encuentran en estos momentos tesoros tan preciados como el vaso de Uruk y el Arpa de Ur, que datan de los años 3000 y 2500 A. C. ?, ¿dónde está la exquisita estatua de bronce de Basiki del reino Alcadiano, robada pese a su gran peso?.

Alguien que fue testigo de este saqueo dijo «. . . fueron bárbaros y encolerizados. . . »

¿Estamos en el siglo XV? Nos preguntamos, donde el saqueo, el botín de guerra, los robos y el vandalismo eran reconocidos como una gran ventaja del triunfador beligerante, donde no existía ninguna regulación que protegiera los bienes culturales, donde no existía ni siquiera el Código de Lieber de 1863. No, es el siglo XXI con sus contradicciones, y con un gigante implacable, bárbaro destructor, dueño y señor de la maldad. ¿Quién puede ser?, el imperialismo yanqui.

Este saqueo que se ha visto por algunos con tristeza y dolor; y por otros con júbilo despreciable, tiene un valor inestimable, cuantioso y significativo. Los museos de Kadisiya, Basora, Kufa, Kirkuk, Mosul y muchos otros han sido dañados. Las bibliotecas de dichos museos destruidas.

Los objetos y antigüedades de dichos museos, de un caudal inestimable, robados, y casi en su totalidad. Según fuentes occidentales, han ido aparar al mercado clandestino de obras de arte de Europa, Estados Unidos y otros países.

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Se calcula que todos estos saqueos correspondientes a las piezas catalogadas de dichos museos, suman una cantidad alrededor de más de 120 000 objetos.

¿Dónde estaba la protección? nos preguntamos, ante los ojos de las autoridades ocupantes se llevaron, saquearon, destruyeron y quemaron impunemente una vez más, todos estos valores; pero también, el Estado ocupado es cómplice de esta desprotección, por lo que comparten ambos esta responsabilidad, pues en el último considerando de la Introducción del Convenio leemos «. . . Considerando que ésta protección no puede ser eficaz a menos que se organice en tiempo de paz, adoptando medidas tanto en la esfera nacional como la internacional». ¿Se preparó Iraq en tiempo de paz?

Y si vamos al artículo 3 capítulo I sobre la Protección, de la mencionada Convención de 1954, textualmente dice:

Las Altas Partes Contratantes se comprometen a preparar en tiempo de paz, la salvaguardia de los bienes culturales situados en su propio territorio, contra los efectos previsibles de un conflicto armado, adoptando las medidas que considere apropiadas

.

¿Qué medidas se adoptaron, por el Estado ocupado en el llamado tiempo de paz; ni allá en el medio del conflicto, cuando se dice que ciudadanos propios, fueron cómplice de estas violaciones?

Buscamos desesperadamente, si hay alguna noticia de cómo parar este error que es más que error, horror sin querer hacer un trabalenguas.

Al fin, después de haberse destruido mezquitas valiosas de oro, bronce, maderas preciosas, como la de Al Kawaz, Al Maaqal, la de Kaplannya entre otras, estatuas, monumentos, y templos leemos en una de las noticias internacionales: «La UNESCO evaluará la situación del patrimonio cultural en Iraq tras los saqueos», tarde pero al fin se enteraron, nos dijimos.

Corría más de un mes de la guerra y en esos momentos la UNESCO pedía a las autoridades estadounidenses y británicas tomar las medidas inmediatas para custodiar los sitios arqueológicos y las instituciones culturales iraquíes, ¿quedaba algo que cuidar? Nos preguntamos, ¿Hacia dónde fueron los valores robados?, ¿se pronunciaría la UNESCO a Page 18 tenor del Protocolo 1 de la Convención de 1954 sobre la Protección de los Bienes Culturales que habla claramente de la restitución de dichos bienes?; ¿alguien enunciaría este documento jurídico atinente?. Estas preguntas no han encontrado su respuesta. Otra vez más el «gigante» indeseable se hace eco de las violaciones y la impunidad, palabras que lo persiguen como una sombra pero que lleva detrás con alegría y orgullo.

La UNESCO, hace algo, llama a las autoridades policiales del país y de otros cercanos a cumplir con su deber, guardar el orden, cuidar los valores, que claro, ya no están, llama a los aduaneros internacionales a evitar que se vendan los objetos robados, que se trasladen; pero cuando nos preguntamos, ¿estarán a tiempo estas medidas?; ¿habrán pasado los objetos ya por aire, mar y tierra casi de forma invisible sin que ninguna de las autoridades competentes los pudieran o quisieran percibir?. Esperemos que algún efecto surta por esta acción, aunque tardía de la UNESCO.

Seguimos buscando noticias, ¿no es interesante el tema? Encontramos «Última noticia. . . » la UNESCO en estos momentos esta creando un fondo para la restauración cultural de Iraq.

De verdad, no sé si piensan igual que nosotros, pero consideramos más oportuno haber trabajado a tiempo para evitar toda esta situación, exigiendo como corresponde jurídicamente el cumplimiento de la Convención de La Haya de 1954 su Reglamento, su Protocolo y demás disposiciones de la Convención que crea la UNESCO en 1945, así como la Convención de 1970.

Lamentablemente NO vemos la solicitud de restitución, devolución, por ninguna parte.

Una vez más el cuento de las mil y una noches, se termina con la impunidad de Estados Unidos ante las violaciones de todo tipo en esta injusta y desproporcionada guerra.

Los invitamos a sacar "sus propias conclusiones", y cuando lo hagan por favor dígannos si coinciden con nosotros.

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