Francisco Varona Duque Estrada (1919 -1986)

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Nació el 24 de noviembre de 1919, en Camagüey, cursó sus estudios primarios en escuelas de Santiago de Cuba y Camagüey; terminó el bachillerato en el Instituto de Camagüey después de hacer parte de esos estudios en los colegios de La Salle y Belén, en La Habana.

Eligió la carrera de Derecho, siguiendo los pasos de su padre, quien fue Fiscal.

Después de graduarse en el año 1944, se desempeñó como abogado a la vez que impartía clases como docente en el nivel medio de enseñanza.

Desde que cursaba estudios en el bachillerato, surgieron sus inquietudes políticas y pronto se vinculó al Ala Izquierda Estudiantil y tomó conocimiento de las ideas marxistas a las cuales se afilió desde temprana edad. La campaña contra la corrupción que desarrolló Eduardo CHIBÁS, encontró en Varona un decidido participante.

El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, lo sorprende cuando era dirigente del Colegio de Abogados de Camagüey, ocasión en que consigue un acuerdo, confeccionado por él, condenando el desafuero inconstitucional.

VARONA se vinculó con cuanto movimiento opositor a la tiranía se constituía y cuando se produce el asalto al cuartel Moncada, dirigido por Fidel CASTRO, se percató de que había surgido el verdadero líder revolucionario que él esperaba, por lo cual ingresó en las filas del Movimiento 26 de Julio, desde el que desarrolló una intensa actividad de propaganda en Camagüey, que le fue asignada, además de intervenir en otras tareas y acciones que realizaba el movimiento en la provincia.

Estuvo muy activo en la preparación y realización de la fallida huelga revolucionaria del 9 de abril de 1958.

Su connotada actividad contra la tiranía hizo que fuera detenido en junio de 1958, pero la pronta actuación de compañeros que enviaron presuntos Page 157 cables de organizaciones jurídicas internacionales y estadounidenses, así como la intervención de ciertas personas amigas de la familia, hizo que fuera remitido a la cárcel y se librara de la tortura o la muerte que aplicaban los esbirros del Servicio de Inteligencia del Regimiento (S. I. R. ) en Camagüey. A finales del mes de julio, VARONA es sometido a juicio, pero no fue posible llevar a los supuestos testigos, ya que aún estaban deformados por las torturas a las que fueron sometidos, y ante esa situación el Tribunal de Urgencia tuvo que absolverlo.

Al ser liberado pasa a la clandestinidad y llega a ocupar el cargo de Sub- Coordinador del Movimiento 26 de julio en Camagüey, cargo que desempeñaba al triunfar la Revolución, el 1ro. de enero de 1959.

Es nombrado, en el propio 1959, Jefe de la Oficina Nacional de Asuntos Azucareros del Ministerio del Trabajo, y a finales de ese año pasa al Ministerio de Transporte donde ocupa responsabilidades como Asesor Legal y Director de Administración, hasta 1961 que se traslada al Ministerio de Justicia como Asesor del Ministro y después asume la responsabilidad de Director de Bufetes Colectivos y de la Propiedad, hasta 1964 que pasa a la docencia, como profesor de Derecho Procesal Civil y Penal en la Escuela de Derecho de la Universidad de La Habana, ocupando después el cargo de Director de la Escuela de Ciencias Políticas y posteriormente de la Escuela de Periodismo, hasta ser nombrado Vice-Decano de la Facultad de Humanidades, responsabilidad que desempeñó hasta 1967, que fue designado Juez de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y en 1978 es nombrado Vice-Presidente del Tribunal Supremo Popular.

Durante estos años cumplió diversas tareas internacionales, representando a Cuba en eventos de la Organización Internacional del Trabajo y en otras reuniones; participó como Asesor en el juicio contra el mercenarismo realizado en Angola y también en el juicio contra Ieng SARY y Pol-POT, en Kampuchea; fue Vicepresidente de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas y de la Asociación Americana de Juristas; y representó al Gobierno cubano como Juez del Tribunal Internacional de La Haya.

Participó en el Secretariado de las Comisiones de Estudios Jurídicos que tuvo a su cargo la institucionalización del país y en la Comisión Redactora del proyecto de Constitución de la República.

Su magnífica trayectoria y su destacada actividad en el sector jurídico, reconocida por los juristas, le merecieron la elección como Presidente de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, en 1981.

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Recibió varios honores y reconocimientos, como la Medalla de la Lucha Clandestina; la de Trabajador Internacionalista; la Medalla 250 Aniversario de la Fundación de la Universidad de La Habana y la XX Aniversario del Desembarco del Granma, entre otros estímulos.

Fue un sincero y ferviente seguidor de las ideas de José MARTÍ y de Fidel CASTRO, y las puso en práctica.

La ejemplar vida que nos legó Francisco VARONA DUQUE ESTRADA, nos muestra su sencillez y modestia proverbial, su sensibilidad humana, su dedicación y esfuerzo permanente en el trabajo, su fidelidad, firmeza y entrega sin límites a la Revolución. Prestigió con su conducta ponderada y su saber profundo, el ejercicio de nuestra profesión, la docencia universitaria y las tareas jurídicas y políticas de nuestra sociedad.

Fue uno de esos pocos juristas polifacéticos, que incursionó en diferentes ramas del Derecho -Constitucional, Internacional, Laboral, Penal, Civil y de Familia, entre otros- y en todos se destacó por su inteligencia, sabiduría y dominio racional de los temas.

Su visión sobre los diferentes temas del Derecho fue siempre omnicomprensiva, aceptable para las distintas partes que intervienen en el proceso, aglutinadora y con sentido de unidad para alcanzar la justicia.

Fue junto con VEGA VEGA el penalista cubano más conocido en América Latina de la etapa revolucionaria, sus vínculos con los sectores mas progresistas de la Criminología y el Derecho Penal fueron bien conocidos, especialmente con algunas figuras cimeras de la Criminología Crítica en América Latina como Lolita ANIYAR DE CASTRO. Se trataba de un penalista muy bien informado que manejaba las corrientes contemporáneas del Derecho Penal, como el finalismo, bastante desconocido en Cuba en aquellos momentos.

Tuvo siempre suma claridad en relación con el papel de las instituciones jurídicas en nuestro país, especialmente los Tribunales y la Fiscalía. Durante el breve período que comenzó en 1983 hasta su muerte, trabajó fuertemente y con entera dedicación en la Reforma Penal en Cuba, tuvo una participación sumamente activa en la redacción del Decreto - Ley sobre la Revisión Penal. En muchas ocasiones conversó conmigo 24 sobre la necesidad de que la Fiscalia General de la República jugara un papel activo Page 159 en la lucha contra la corrupción que ya en aquellos años 80 comenzaba a manifestarse.

Abogaba y trabajó por un Tribunal Supremo que fuera no sólo la última y más alta instancia judicial en Cuba sino el centro del pensamiento jurídico cubano.

En todas sus actividades tanto en la Universidad de La Habana, como Director del primer Bufete Colectivo o en la Unión Nacional de Juristas de Cuba tuvo un afán tenaz por la superación de los juristas cubanos, porque tuvieran mas acceso a publicaciones, libros y eventos científicos. Siempre tuvo una posición abierta a que los juristas cubanos conocieran lo último del pensamiento jurídico universal.

Su lamentable pérdida ocurrió el 8 de abril de 1986, pero sus enseñanzas y obras, su ejemplo y figura, siguen y seguirán presentes para todos los juristas y las personas de bien, tanto de hoy como del mañana.

Hombres como VARONA hasta después de muertos son útiles a los demás, y están presentes como si aun vivieran.

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[24] Ramón de la Cruz Ochoa

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