Héctor J. Garcini Guerra (1908 -1988)

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Nacido en la provincia de Camaguey el 12 de diciembre de 1908 y fallecido en La Habana el 2 de diciembre de 1988, Héctor Jaime GARCINI GUERRA, fue uno de los más valiosos y destacados juristas cubanos con los que ha contado el proceso revolucionario cubano.

Jefe Superior de Asesoría del Ministerio de Ponencia de Leyes Revolucionarias (1959), órgano encabezado entonces por el Dr. Osvaldo DORTICÓS TORRADO, posteriormente elegido Presidente, en el cual se gestaron las principales leyes del Gobierno Revolucionario por la que se diera inicio a las principales transformaciones del país, y Asesor de la Presidencia de la República durante 17 años de incesante quehacer legislativo, hasta 1976 en que se culmina la institucionalización con la proclamación de la Constitución de la República y la creación de los Órganos del Poder Popular.

A esta extraordinaria labor de asesoramiento a la Dirección del país, unió su permanente vocación por la enseñanza. Profesor y Director de la Escuela de Derecho en 1963, no cesó en su Cátedra de Derecho Administrativo en la que produjo, de manera continua, estudios, textos y artículos que contribuyeron de manera decisiva a configurar nuestras propias posiciones doctrinales de los más diversos campos del Derecho.

Labor esta que pudo estimular y contribuir a promover con la creación de las llamadas Comisiones de Estudios Jurídicos, de las fue miembro y fundador, y que marcaron el derrotero de los principales cuerpos legales en el Derecho cubano.

Su destacada labor, capacidad de trabajo y dedicación al estudio, le llevaron a ser elegido en 1965 como primer Presidente de la Corte de Arbitraje de Comercio Exterior, adjunta a la Cámara de Comercio de la República de Cuba, al momento de su constitución, y a la cual permaneció ligado por espacio de más de 10 años de actividad arbitral internacional.

Revolucionario integral, cumplió ejemplarmente misiones internacionalistas en los hermanos países de Angola y Nicaragua. Page 117

Su incesante labor en el sector jurídico, le llevó a ser designado como Viceministro de Justicia (1980), cargo en el que se desempeñó hasta su jubilación.

El estudiantado universitario, en octubre de 1989, a unos meses apenas de ocurrir su fallecimiento, le inscribía en el Libro de Honor Estudiantil, con una frase que sintetiza el extraordinario y principal merecimiento de este hombre del Derecho cubano: "Por su abnegada labor en la formación de juristas verdaderamente revolucionarios. " Page 118

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