LA DECLARACIÓN JURISDICCIONAL DE LA RESPONSABILIDAD PENAL. Antonio Cejas. Ed. Ciencias Sociales. 1989. 248 págs. Prólogo del Candidato a Doctor Juan Vega Vega.

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Doctor en Ciencias Jurídicas Miguel A. D'Estéfano Pisani

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Este libro es, como apunta su prologuista, un "hijo póstumo" del querido y valioso compañero prematuramente desaparecido, que nos entrega una temática medular, cuyo propósito resume su autor "... se trata de resaltar los múltiples y complejos aspectos conceptuales y sustantivos que -junto con los elementos tácticos y personales- concurren en la declaración de la responsabilidad penal por los órganos jurisdiccionales competentes, como expresión de la política "criminal" del Estado en un momento particular del desarrollo social".

En la primera parte analiza el poder o potestad punitiva del Estado en sus elementos principales; así, "la potestad punitiva y el sistema constitucional de garantías" en que se señalan la protección de los derechos ciudadanos y la adopción de medidas para impedir cualquier clase de infracción, así como la acción educativa que promueve el cumplimiento de las leyes; "protección penal y disciplina social" para sostener que "el único problema que -en orden a lo protección jurídico penal- debe ser examinado corresponde a la definición legal de los delitos, es decir la criminalización de las infracciones más graves del ordenamiento jurídico".

Convengamos como Cejas que "Una correcta reflexión dialéctica-materialista del concepto jurídico-penal de la responsabilidad... requiere no sólo la valoración del hecho, sino también la del autor..." y que "el fracaso del encarcelamiento, el auge mundial de la prevención.... revelan la insuficiencia del sistema jurídico tradicional de delito responsabilidad penal". Por último se refieren esta Parte a la "actividad de los órganos jurisdiccionales", a la potestad punitiva que se traduce en "acusar" y "juzgar".

En la segunda parte se va al contenido y desarrollo de la acción declarativa del órgano jurisdiccional en algunos de los elementos del proceso penal o sea, sujeto, hecho y circunstancias, que pasa a analizar en cinco capítulos: los factores relativos al sujeto; los factores relativos al hecho: peligrosidad, antijuricidad y punibilidad, así como los factores relativos a las circunstancias eximentes, excusantes, modificativas y extintiva. Para Cejas "resulta obvio que la valoración de la peligrosidad social como "rasgo específico" del concepto socialista del delito en su doble consideración objetivo subjetiva (acto-autor) satisface mejor las exigencias técnico-jurídicas de la declaración jurisdiccional de la responsabilidad penal", permite "extender el concepto de la peligrosidad social más allá de las consecuencias hasta incluir las condiciones personales, y reafirma de ese modo, la posibilidad de una valoración integral del riesgo potencialmente antisocial del delito y del delincuente".

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En cuanto a la antijuridicidad, señala que "en términos estrictamente jurídicos sólo hay una antijuridicidad (la infracción de las disposiciones de la ley penal) aunque en el Derecho Penal socialista el delito resulta también materialmente antijurídico en cuanto constituye una acción u omisión "socialmente peligrosa" y esencialmente "antisocial". Respecto a la punibilidad, su apreciación "no se limita a las específicas referencias al precepto legal a las sanciones aplicables, sino que implica la "comprobación previa" en cada descripción típica, de las exigencias a que la propia ley subordina su aplicación correcta", y pasa a analizar las formas de aparición del delito.

La Tercer Parte "La individualización de la responsabilidad y de las sanciones penales" es el colofón debido de la obra, en que "se estudian los principales asuntos relacionados con el tema, especialmente la imposición, adecuación y ejecución de sanciones y medidas de seguridad; responsabilidad civil y otras consecuencias y efectos jurídicos de la responsabilidad penal y el alcance y límites de la función preventiva -general y especial- asignada a las sanciones penales".

El autor analiza la adecuación judicial de las sanciones, como culminación del proceso de declaración de la responsabilidad penal; se trata de la individualización de la sanción en su primera fase (judicial), del arbitrio judicial: ahora bien, Cejas se adentra después en el tan poco profundizado campo del Derecho Penitenciario, que define como "el conjunto de normas penales, procesales y administrativas que regulan jurídicamente la ejecución de las sanciones privativas de libertad y sus específicas finalidades de prevención, represión y reeducación". Son muchos los que escriben sobre derecho penitenciario o sobre prisiones, pero abundan los llamados armchairs penitenciarists, o penitenciarists "de sillón". Sin embargo, la finalidad de la sanción como tal deja de tener valor si no se traspasa la sala judicial y -en muchas ocasiones- las rejas de la prisión: Cejas cita a este comentarista, quien hablara hace cuatro décadas de los "ordenamientos complementarios del máximo ordenamiento penal que miran a la fundamental función ejecutiva de la sanción" Cejas deja abierta una gran posibilidad de reflexionar sobre la cuestión.

Con sobrada razón señala al autor que "no fue hasta la corrupción del positivismo criminológico" que "la prevención dejó de ser una simple abstracción...para comenzar a aparecer en los proyectos de códigos penales...". La prevención, que constituye "un sistema de normas, planes, medidas y acciones dirigidas a evitar (prevenir) los delitos y demás conductas antisociales y eliminar (erradicar) sus causas y condiciones". Para él, la prevención de las conductas delictivas y antisociales "es la práctica de su aplicación, además, se distinguen por su contenido y desarrollo de prevención penal, la prevención criminológica y la prevención criminalística".

Es de destacarse, en este libro póstumo del profesor Antonio Cejas y Sánchez, la profunda y sólida erudición que aflora en las 605 notas y referencias bibliográficas que se traen con un rigor científico-técnico muy profundo.

En fin, el comentario más valedero que podemos hacer de esta obra del inolvidable compañero ido, es que cumple a plenitud lo que se propone y que él recoge en la siguiente dedicatoria: "A la abnegada y difícil misión de impartir justicia dentro de los principios del humanismo socialista. A todos los jueces. Profesionales y legos de los tribunales populares".

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